De lo bueno lo mejor

Se trata de un establecimiento de pequeñas dimensiones pero con una gran profundidad gastronómica. Se empieza en una barra donde te deleitan con unos platos en miniatura a modo de tapa (una latita de pulpo con un puré cremoso de patata, para mi sorprendente tanto en su presentación como en sabor)., Al fondo hay un pequeño comedor con 5 mesas donde su propietario las atiende de manera virtuosa a la hora de recomendar y servir los vinos ( tienen una carta muy extensa donde se puede encontrar tanto vinos de la tierra como vinos internacionales como puede ser un Petrus) ., nada más sentarnos en la mesa se nos ofreció una cata de aceites del terreno con referencias espectaculares como oro Bailen, castillo Canena (había más de 10 distintos).
Pasamos a la elección de la comida, nos volvieron a sorprender, se descubre una sensibilidad especial y una dedicación a su trabajo impresionante. Entre otros tomamos una ensalada de bogavante insuperable, unas milhojas de foie con queso y cítricos, de 10, un arroz de carabineros buenísimo y para terminar una crema de arroz con leche muy aérea y delicada. Creo que es uno de los mejores sitios de la provincia, por ello no le faltan comensales. Resumiendo un diez para esta familia que nos hacen disfrutar tanto de la gastronomía.

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