Le tenía ganas. Había escuchado muy buenas opiniones sobre este local. Finalmente, aprovechando las vacaciones estivales, tuvimos la oportunidad de visitarlo. Como ya han comentado, la decoración del comedor principal evoca un vagón de tren antiguo. Además, disponen de la zona de la bodega y de la barra. Mesas de buen tamaño y correcta separación. Buen menaje. Servicio atento y profesional. Disponen de dos menús por encargo. Carta que mezcla platos tradicionales de la zona con otros más modernos y con un toque de autor. No miré mucho la carta de vinos porque tenía claro lo que quería. El precio, x1,5-x2 aprox. Buenas copas. Servicio consistente en apertura, prueba, primer llenado más algún que otro llenado adicional cuando pasaba algún camarero.
Almuerzo a la carta para tres. Empezamos con una degustación de 3 aceites (Oro Bailén arbequina, Claramunt koroneiki y Verde Esmeralda Imagine picual) acompañados de tres panes para elegir. Siguieron unos aperitivos de los que sólo recuerdo la vajilla, que imitaba una huevera con unos huevos con la cáscara rota (ver foto). Pedimos:
- Lingote de foie, manzana verde, queso de cabra, caramelizada con PX acompañado de mermelada de violetas (15 €) - El queso no lo noté apenas, pero me encantó el conjunto. Acompañado de unas regañás.
- Tartar de atún (21 €) - Sabroso, aunque hubiese agradecido que los trozos fuesen un poco más pequeños.
- Arroz caldoso de chipirones y carabineros (20 €) - Para dos. El precio es por persona. Más bien cremoso, pero espectacular.
- Lomo bajo de vaca vieja, pimientos del Padrón y patatas Deluxe (20,50 €) - La guarnición me pareció algo triste, pero la carne estaba tierna y deliciosa.
No recuerdo exactamente los postres. Creo que pedimos una tarta de queso y un postre con frutas y jenjibre. De cualquier modo, nos encantaron.
Presentaciones cuidadas y buena vajilla.
Para beber, tres botellas de agua (2 €/ud.), una botella (la última) de Paul Bara Millésime 2001 (58 €) y una copa de PX Tradición VOS (6 €).
Completa la cuenta el "pan y servicio" (1,75 €/persona), concepto que se indica en la carta y que no nos dolió en absoluto pagar.
Como me comentó un conocido, hay que ver lo que ha cambiado el panorama gastronómico en Úbeda desde que lo más que ofrecían eran los andrajos. Me encantará repetir para probar alguno de sus menús.
Más que interesante. Nos encantó :-)
Si te acuerdas, pide el menú cuando reserves.
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