Para mi gusto, se trata del mejor chino (asiático no japonés) de la capital. Los menús son muy apropiados y las raciones generosas. Destaca especialmente el menú Yuan, con un gran pato laqueado. Su punto débil (como es habitual en los chinos) son los postres que no añaden nada.
El entorno es agradable. La carta de vinos bastante variada.
El servicio deja que desear. Los maitres son atentos y eficientes, pero los camareros, a pesar de ser muy amables, no gozan de suficiente preparación (en la línea de los restaurantes chinos de lujo que sacrifican un buen servicio en aras de darle un toque asiático al local).

Disfrutamos de una excelente cena de nochevieja con menú a la carta en este buen restaurante chino (gracias a la recomendación de Juancho Asenjo). Local con una decoración muy agradable en una de las zonas más chic de Madrid. Dirección muy competente a cargo de Fernando González Ortiz como director del restaurante. Atención en mesa muy amable. Tomamos un menú largo con algunos platos excelentes como el dim sum y otros cuyo nombre no recuerdo. El pato laqueado me decepcionó un poco, sobre todo por las escasas raciones que nos sirvieron. La carta de vinos es muy completa para ser cocina asiática. Buena selección de blancos, Champagnes y cavas. La carta de tés chinos es también espectacular. Buena relación calidad-precio. Pasamos una fantástica velada. Un sitio para volver, sin duda.