Uno más de los restaurantes con terracita “a peu de platja” de la

Uno más de los restaurantes con terracita “a peu de platja” de la Barceloneta, bajo los soportales de la zona próxima al Hospital del Mar. Con mejores maneras, nos pareció, que su vecino “Sal café” (comentado por aquí), pero por debajo del nivel de su, no tan vecino, “Bestial” (también comentado por aquí). Diseño bastante sobrio, con poquitos colores y más tranquilo que su citado vecino. Servicio poco profesional pero atento y simpático. Carta de vinos muy justa, para salvar los muebles y punto. Cristalería que no llega a un aprobado. Mejorando estos dos últimos aspectos y moderando un pelín los precios (contando que teníamos un 30% de descuento, salimos a 23€/barba, sin postre y una botella de cava normalillo), sería un habitual de la familia para disfrutar de las veladas de un largo verano como el de 2006.