Ubicado a los pies del fastuoso Arc de Saint-Denis.
Enorme estancia rectangular con mesas alineadas en tres bloques, como en un avión. Dos laterales y uno doble central. Mesas exiguas y espacios reducidos. Los camareros transitaban por los dos estrechos pasillos con inusitada habilidad.
Decoración afrancesada, refinada, muy al estilo del Art Nouveau. Grandes espejos, techos altos con cuarterones adornados con vidrieras, lámparas de araña, mucho bronce, frescos, maderas nobles y terciopelo.
Era viernes y había un ambiente tremendo. Lleno hasta la bandera y… hay muuuuchas plazas.
Cocina tradicional francesa.
Optamos por el “Menu Julien” (29,50€ sin vino ni café), que permitía elegir un primero un segundo y un postre entre tres opciones por bloque. Íbamos cuatro y probamos todo, como si fuera al centro.
-----Entrantes
• Sopa gratinada de cebolla
• Foie gras de canard (50 grs) con gelatina de oporto
• Terrina de hígado de pollo con cebolla en compota
-----Segundos
• Salmón plancha con puré de patatas
• Tartar de vacuno frito con francesas fritas
• Pollo al horno con gratinado de macarrones
-----Postres
• Tradicional creme brulèe
• Soufflé de clara de huevo con crema pastelera y nougatine
• Pastel de chocolate caliente
Buena cocina. Todo correctamente elaborado, con clasicismo y toque, servido a la temperatura adecuada y en el punto de cocción deseado.
Destacar la sabrosa, especiada y consistente sopa de cebolla, el foie, soberbio, y el tartar, potente, pero ligeramente plancheado por el exterior, lo que facilitaba su consumo y digestión.
Disponían de dos cartas de vinos:
- de vinos por botella, la normal, muy decente.
- de vinos por copas, excelente oferta.
Así que tomamos 5 ó 6 copas de vino diferentes: un champagne, dos blancos y tres tintos, todos franceses. Una gozada. El único pero, grave para mi, fue la mediocre calidad de las copas de vino (y no fueron las peores que sufrimos en nuestra estancia en París) y la carencia de frío en los blancos y el champagne.
El servicio fabuloso. Franceses ellos, varios con nociones de español. Profesionales y muy agradables.
Salimos con la sensación de haber cenado a gusto, bien, a precio muy razonable y disfrutando de un grato ambiente, eso sí, con las típicas "apreturas" parisinas.
Qué sensación más de p.madre ¿verdad?
Hay pocas que la puedan igualar. Quizás una... (solo quizás)
Jaja
Buenooooo, Aurelio en París, ¿Pero les dijistes que eras del pueblo de Agustina de Aragón?.
No dije nu mu, no fuera que me cobraran más...
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