Acogedor y profesional.

Si he de destacar algo después de una placentera visita a este restaurante es su profesionalidad. Y no es fácil encontrar ya eso. Digo profesionalidad en la comanda, el trato, el servicio, la atención, la calidad y el mimo hacia los platos, el cuidado por el vino, el consejo, los detalles y la forma de acomodarnos y de terminar sin prisas una comida, con obsequios y atenciones a todos los comensales, desde el punto de vista gastronómico, incluido a nuestro hijo de 6 años que nos acompañaba. Comimos ligero, platos al centro, todos de buena factura con materias primas de primer nivel y servidos como Dios manda. Recuerdo unos champiñones trufados, que servían crudos, levemente marinados, que sabían a gloria. Recuerdo un asado de cordero de un nivel asombroso. Recuerdo que nos aconsejaron un vino de la zona (Castellón) por exigencia nuestra, que no falló en ningún momento. Recuerdo una camarera experimentada y muy profesional, ayudada por un camarero correctísimo que no era español, el cual atendía preferentemente a las mesas de extranjeros, por aquello del idioma. Recuerdo buen postre con buen vino dulce, buen café en un romántico balcón con vistas, buenas pastas artesanas de obsequio para acompañar y licores por cortesía (sin alchol para el pequeño), doble ronda sin prisas. Recuerdo que fue una comida muy placentera, cómoda y agradable, y un sitio al que volveré siempre que pase por Morella.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar