Curioso local, más que nada por su ubicación y decoración, diferente al resto de locales de la zona ( plena parte vieja ) en las mesas del restaurante, la barra como el resto de locales, pero con luces de colores.
Después de muchos pinchos en barra y mesas abarrotadas, optamos una noche por conocer este local, guiados por los comentarios de Verema ( que bien van ). La experiencia fue buena, el local, aceptable, pero te encuentras cómodo, el personal, nos atendió una camarera simpática pero algo seca. En cuanto a la comida, es como un menú degustación cortito, no diría yo de pinchos, cositas le llaman ellos, pero original y bueno, sorprenden algunos platos, como las aceitunas rellenas de vermout del aperitivo, y el xangurro con aguacate y helado de regaliz ( que original ). Servicio del vino correcto, copas bien y carta cortita.
Es aconsejable para variar la oferta de la zona y comer algo cómodo.
Local de diseño varguandista, con un ambiente joven y moderno.
Se puede comer tanto en la barra (que suele estar abarrotada) o en el comedor,
Nosotros elegimos esta ultima opción, que te obliga a pedir uno de los dos menús degustación que ofrecen. El que tomamos nosotros estaba formado por 7 pinchos o tapitas de diseño a 30€.
Un menú ligero y equilibrado en el que todos los platos están bastente conseguidos (unos mas que otros) y bien presentados. Destacaría el txangurro con helado de regaliz y crema de aguacate.
Recomendable pedir el menú largo si se va con hambre.
Amplia gama de vinos por copas, coperio y servicio correcto.
Curiosa la pizarra de los baños.
Menos creatividad..y a darle más a los fogones!
Soy una apasionada de la comida creativa, de ambientes diferentes, sitios con gusto, comida de calidad y bien elaborada, que me sorprendan desde el principio hasta el final, sentir los sabores, oler, ver...vamos todo eso que pensaba que me iba a ofrecer este sitio...sólo consiguieron que saliera con mal sabor de boca y con ganas de no volevr nunca más. Elaboraciones insulsas, el trato del camarero podría mejorarse bastante, lugar ruidoso..tal vez la estética del sitio estaba bien, pero conseguimos disfrutar de ella porque nos pusieron en una pequeña mesa en la salida de los servicios, que por cierto, necesitan una limpieza a fondo..
Local de corte moderno con buenos pinchos y amplia variedad de vinos por copas. Los pinchos aparecen nombrados en una pizarra de difícil interpretación para los no habituales del bar. Entre lo probado a destacar la panceta ibérica con alubias.
Moderno bar de pintxos y vinos más que restaurante (solo tiene 8 mesas), que ganó el mes pasado u concurso vasco de pintxos. Ambiente "cool" (como escribe gavelar) en decoración y musica que gustará o no. A mi me gusta. Tomamos el menu degustación largo por 35€ (tienen otro por 25€ con 4 cositas menos) consistente en 12 pintxos, o "cositas" como dicen ellos. Con altibajos pero propuestas curiosas e interesantes, haciendo que terminaramos muy satisfechos. Tomamos un Pago del Vicario Penta por 11€. Muy interesante el que se puedan tomar por copas todas las referencias de la corta pero aceptable carta de vinos (culmen, trasnocho, alma de tobia,an, etc). De picoteo suele estar a tope y para el restaurante conviene reservar. Curiosa su pagina web. Volveré sin dudarlo.
Bar-restaurante en la parte vieja donostiarra, con decoración muy fashion, ambiente cool, y unos platos muy bonitos, alta cocina megaguay, sin precios "elevados". Carta de vino corta pero variada, aunque un gran pero NO ME CONVENCE; solo si eres un donostiarra hartito de ir a los excelentes restautanter que se en cuentran a unos metros, La Cepa, Gambara, Casa nicolasa, Bodegon Alejandro, Beti-jai, Casa Urola...te recomiendo ir, en cualquier otra cicunstancia es cuanto menos un pecado venial.