Estuve ayer, porque ya había estado otra vez, en la que me gustó mucho todo, la cantidad y la calidad de la comida (y el precio ajustado), pero ayer no estuvo tan bien, me explico: eramos 4, y como la vez anterior (en la que fuimos 2) los entrantes de los menús eran tan abundantes que luego casi no podías con el plato principal, ayer decidimos pedir solo 2 menús, y otros 2 segundos a parte, para compartir los entrantes de los dos menús entre los 4. Pues bien, se quedaron cortísimos, tocamos a un poco de lechuga mojada en brandada para cada uno, una croqueta y 3 ó 4 gambas, y encima los segundos que pedimos a parte los trajeron junto con los entrantes de los menús!!! esto me pareció inaceptable, porque si esperábamos a comernos los entrantes para luego comernos el principal cuando trajeran los principales del menú, se nos hubiera quedado frío, y si nos lo comíamos en cuanto nos lo trajeron, hubiéramos terminado de comer 2 personas en 20 minutos y los otros dos bastante más tarde,, esto no puede ser...
Además creo que se "ahorraron" las jarras de sidra que venían incluidas en los 2 menús.. (claro, como pedimos vino y cerveza a parte, pues creerían que ya no queríamos la sidra, pero cobrarla sí que la cobraron).. Los postres tampoco nos dejaron elegirlos y nos trajeron una variedad de postres de la casa, bastante escasos para 4..

Mi consejo, pedir cada uno un menú distinto, completo, así no te pueden engañar con las cantidades (que sí lo hacen cuando 2 ó más piden el mismo menú, reducen las cantidades, porque ponen los entrantes "para compartir")

La calidad de la comida sigue siendo muy buena, y volveré, pero teniendo mucho cuidado de no salirme de sus menús, que entonces se lían bastante.

Restaurante de cocina Astur-Vasca donde el cocinero de origen asturiano Antón, hace las veces de maitre y cocinero, comiendo las mas de las veces a la antigüa usanza, lo que "tenga ese día", esto, que a primera vista podría parecer peyorativo en el caso de Antón es toda una suerte: te recita un menu "largo pero estrecho" en el que incluye 5 o 6 entrantes como pimientos rellenos de cabrales, impresionantes garbanzos con langostinos, fabes con almejas (insuperables), croquetas caseras "de verdad", entre otros, seguidos de su especialidad el bacalao, ya sea al pil-pil (el mejor de Madrid), ajoarriero, a la vizcaina, Club Ranero...un chuletón de buey fileteado (en la carne es algo más irregular), para terminar con un surtido de postres caseros tipo biscuit de higos, milhojas de avellana, tarta de plátano y trufa o helado de turrón.

Todo esto en raciones abundantísimas, a la medida asturiana, sin artificios y respetando al máximo el sabor de las materias primas por 24€ mas vino. El “pero” lo pongo en la bodega (demasiado escueta y carente de fantasía aunque con precios mas que razonables) en el “entorno” y en la escasa variación de platos.