Precios de antes de la crisis

Local ya descrito y que en época turística o buen tiempo se hace agradable de comer a cubierto pero cerca de la playa. Bastante lleno (toda la zona de la ampliación de terraza), quedando la parte interior del comedor vacía.
Servicio de gente ya con trienios en la restauración que cumple bien, rápido servicio sin complicaciones. Carta de vinos clásica pero más de lo esperable en un local de playa y carta de comidas también con suficiente variedad de opciones. Copas, cubertería....de los básicos de la restauración.

Comida para dos con arroz del senyoret ya pactado y que resultó en amplia ración y con correcta elaboración, traído en paella y servido en la mesa.
Previamente habiamos compartido una de pescaditos fritos sabrosos aunque de muy diferentes tamaños, que nos gustó y repetimos ya que no habían tellinas. También unos correctos chipirones con ajitos tiernos.
De postre un crêpe de nata y chocolate para olvidar ya que ni la nata está bien montada ni el chocolate se sirvió caliente y un café irlandés demasiado cargado de alcohol para mi gusto.
La deferencia fueron unas aceitunas en la mesa de entrada. Tomamos un Casta Diva 2011 bien servido de temperatura y con cubitera para mantener. Buena agua Aquarel.

Un precio que es alto pues con correcta/buena (no extraordinaria) cocina de mercado y servicio, el precio pagado es muy alto; salva que el lugar de la playa es muy apetecible. Así solo se quedará el turista extranjero de playa típico y tópico.