No voy a decir nada nuevo sobre La Cepa Vieja que no quiero ser muy cansino. Comida, bebida y trato como en pocos sitios. Me alegra que te haya gustado.
Espero que nos veamos el mes que viene ;-)
Agradable visita
SERVICIO DEL VINO:
8.5
7.8
COMIDA:
7
ENTORNO:
7
CALIDAD-PRECIO:
8.5
Nos amaneció tarde el día de San José en Valencia y, sin haber previsto nada ni tener reserva, nos plantamos en la Cepa Vieja aprovechando que andábamos por el barrio. No tenía muchas esperanzas de encontrar mesa pues es un día en el que los valencianos acostumbramos a comer fuera (¿quién no tiene algún Pep o Pepita en la familia?) a lo que cabe unir la afluencia de turistas atraídos por la fiesta de las fallas. De hecho, la parte amplia del salón estaba ya completa con tres o cuatro mesas grandes pero que no molestaron en absoluto.
Cordialmente recibidos, nos acomodaron en la parte más estrecha, frente a la barra. Nos comentan que solo trabajan con menú consistente en 2 entrantes compartidos al centro de la mesa y un segundo individual a elegir (arroz de verduras, bacalao o pluma ibérica). Pedimos agua y una cerveza AK Damm y esperamos.
- Ensalada con tartar de pez espada y vinagreta de cítricos: correcta. Mezclum de lechugas con trocitos del pescado y naranja.
- Revuelto de habitas baby y espárragos: delicioso. Nos comentan que son las primeras habitas de su propio huerto. El huevo en un punto espectacular. Nos encantó.
- Pluma ibérica con patatas al romero. Nos anunciaron que realmente se trataba de cerdo ibérico y no cerdo blanco. Pedido el mío “al punto menos” llegó apenas marcado en plancha cosa que hizo mis delicias. Carne de calidad y guarnición perfecta.
Probé el arroz que pidió uno de mis acompañantes y estaba muy rico. Tomamos tres postres al centro: Crema de limón y jengibre, fondant de chocolate y flan de café. Los tres de marcado carácter casero. Estaban ricos. Excelente también el café.
La carta de vino es una de las fortalezas de este local y la apuesta más personal del mismo. Disfruté ojeando pero decidí dejarme asesorar. Les indiqué que nos apetecía tomar alguna sauvignon blanc y nos sacaron Les belles dames 2010 de Gitton. Fresco, curioso, muy mineral, no deja indiferente. Gustó y disgustó, como debe ser, jeje.
Para acabar destacaré la profesionalidad del servicio, sin pamplinas, sin amaneramientos, sin engreimiento, sin prisa, sin pausa… Ahora que tan de moda está el programa de “pesadilla en la cocina” el servicio en esta casa se sitúa en las antípodas de aquello a lo que nos ha acostumbrado a ver el chef Chicote. Gestión optima de RRHH. Locales como este merecen toda la suerte del mundo.
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20 usuarios
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en respuesta a JaviValencia Ver mensaje de JaviValencia Era una cuenta pendiente por las críticas leídas, también las tuyas. Cuando subo a Valencia suelo pernoctar en la calle San Vicente y todavía no me había pasado por allí. Imperdonable.
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en respuesta a JoseRuiz Ver mensaje de JoseRuiz Yo creo que los locales que apuestan por el vino se arriesgan (e incluso juegan) a ello: despertar juicios de valor, sorprender al cliente ávido, generar opinión... Tú ya sabes que yo no tengo conocimientos técnicos sobre el vino. Sin embargo éste enseguida me transmitió la sensación de mineral, de piedra... Entro hoy en la sección de vinos tras colgar mi crítica a leer las valoraciones y me encuentro justamente eso: piedra. Curioso.
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en respuesta a Antoni_Alicante Ver mensaje de Antoni_Alicante Que grande eres...y que curioso que siendo uno de los más "restauranteros" aun no conocías la casas de Raul y Ceci. Son una gente extraordinaria con ganas de sorprender y hacer disfrutar a sus anfitriones.
Saludos
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Por contrastar, simplemente. A mi esa pieza, al igual que el secreto me gusta churruscadita por fuera, que cruja, vamos.
Creo que nos veremos pronto. Un saludo.
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en respuesta a Otilio Haro Ver mensaje de Otilio Haro yo es que me estoy volviendo crudívoro, creo. ¿Crujiente por fuera? Valeee, pero totalmente cruda por dentro, pleas. Tataki de pluma ibérica.
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