Muy recomendable. Hay un menú que eliges varios platos de la carta. Todos en plan vanguardista y ricos. Lo acompañamos con un cava muy bien servido. El servicio es impecable bien es cierto que estábamos solos en el comedor de arriba. En contra del anterior comentario diré que no me pareció caro, lo bueno hay que pagarlo.

Junto con el Palau de la Musica, y esta abierta cuando hay funciones. Es un lugar conveniente para comer despues de visitar el Palau. Fue la tercera vez que comimos alli. El servicio es suficiente atento, pero depende de los camareros, ya que una vez no fue muy bien con algunos. Hay dos plantas, uno para los no fumadores y otro para los fumadores, asi que hay espacio para que el humo no moleste. La presentacion de la comida es moderno, con un toque deliberado. Tiene una coleccion de whisky escoces. Sin embargo, no pregunto quien iba a probar el vino, y ofrecio al hombre. Comimos para entrante ostras, para el plato unico sesos, lubina con butifarra negra y tripas de bacalao, y foie con chutney de mango. Todos satisfechos. El postre recomendo el surtido de queso de leche cruda. Es caro, pero es una buena opcion para charlar y relajar despues de un buen concierto.