Impresiona esta cueva tanto por su tamaño como por la calidad de los productos que ofrecen.
Buenos embutidos de León, deliciosos chuletones a la piedra y un ambiente muy agradable para degustar sus platos.

Poco más que añadir al comentario anterior, local peculiar, distinto y acogedor. Merece la pena visitar estas cuevas tan peculiares. La comida bien elaborada donde destaca también la morcilla de leon. Carta de vinos centrada en los prietos picudos de la D.O. Tierra de León con muy buena Rcp y también riojas y riberas. Coperío correcto.

A 17 km de León en dirección Madrid se encuentra este restaurante. Ubicado en una cueva (desde fuera solo de ve una pequeña puerta), nada mas entrar te encuentras a la izquierda con la parrilla y todas las carnes...un suculento olor, y un agradable calorcito que se agradece mucho si vas en invierno. Una vez dentro, varios salones pequeñitos, coincidiendo con distintos recobecos del interior de la cueva. Ambiente íntimo, muy agradable. La comida, bastante buena, carnes de primera categoría y entrantes de lujo: lo mejor, pastel de cabracho, tomate al horno con queso de cabra, cecina de león con aceite de oliva,... Todo estupendo. Para terminar te ponen en la mesa una botellita de orujo para que te sirvas lo que desees. Servicio correcto. De precio, bastante razonable, unos 35 - 40 EUR / persona. Un lugar con encanto digno de ser visitado