En la comarca de El Barco de Avila-Piedrahita, la localidad de Navarredonda de Gredos (1.523 metros de altura) ofrece una fantástica panorámica y visión de la sierra norte de Gredos (la nota puntúa el entorno, más que el local).
EL RINCON DE GREDOS es un acogedor y pequeño edificio junto a la carretera en el que poder disfrutar de una muy buena oferta gastronómica local, por la demanda se necesita reserva previa. La decoración es en madera contrachapada con elementos muy clásicos, estando integrada la barra en la sala principal, la cual contiene un buen sistema de chimeneas para soportar el invierno. En la pequeña terraza de la entrada hay dos mesas que deben hacer furor en verano, las vistas espectaculares.
Trato agradable y muy atento, la carta de vinas muy escasa (Riojas y Riberas del Duero de toda la vida a precios altos), optamos por PESQUERA Crianza (29 euros).
Como aperitivos nos ofrecieron una loncha de jamón asado y pate a untar, los dos buenos.
Como entrantes: “sardinas ahumadas con tomate y guacamole”, excelente producto y preparación, así como el tomate (de verdad); media ración de “huevos de corral con patatas, trufa y jamón” (rico), y nos tuvimos la posibilidad de probar las “croquetas de salmón y puerro” (pedimos media ración, pero nos recomendaron eliminarla por la cantidad pedida, aún así nos dieron una muestra), realmente estaban excelentes, muy bien de sabor. Muy ricas.
Como plato principal un solomillo (bien de tamaño y de punto), por supuesto un producto excelente.
Local muy agradable en todos los sentidos, gran velada.
Local pequeño pero acogedor.
Cocina tradicional de la zona, contundente, chuletón, cabrito, cordero, etc; entrantes a base de croquetas, pimientos con queso, patatas machaconas, jamón, etc.
Carta de vinos muy reducida y limitada a la Ribera del Duero, con algunos Riojas también.
Tomamos un Condado de Haza crianza 2004; al intentar descorcharlo a la dueña se le rompió el corcho y, sin decir ni mú, cambió la botella.
Nos preguntó si deseabamos que lo decantase; al hacerle saber que la temperatura del vino resultaba excesiva, rápidamente nos ofreció una cubitera que cumplió su cometido. Coperío de batalla.
Bueno el chuletón pero, ojo, excelso el solomillo de ciervo con puré de castañas; la verdad es que no sé dónde lo consigue tan tierno, ya que al preguntarle como lo maceraba nos respondió que no lo hacía.
Postres absolutamente prescindibles.
Buena RCP, sobre 65 € dos personas.
Agradable restaurante a las faldas de gredos, impresionantes vistas. Para empezar te sirven unos aperitivos/raciones de los de antes, plato de jamón, plato de croquetas, y nada de minimalismos, que hace frio y hay que aportar algo más que vasito de cremita o espuma de aire comprimido. Buenos judiones, pelin enteros para mi gusto. Solomillo de ternera de Avila bueno, croquetas de boletus, pedimos más, muy buenas. La carta de vinos es escasa, no lo tratan mal pero se empeñan en decantar todo lo que les pidas. 4 pax. 156.-€ con 2 Pedrosa cr. (19.-€ ud.)