Acudimos a este restaurante cercano a la avenida Aragón. Tiene un menú por 12.75 €, en el que puedes elegir entre primeros y segundos. Escogimos una ensalada de pera con queso de cabra, buena pero escasa, y un arroz con pollo y setas, excelente. De postre, tarta d queso, aceptable.
Correcta RCP, si quieres comer sin muchas complicaciones.
El precio es sin vino (pedimos agua y cerveza).

La entrada casi pasa desapercibida, al entrar lo ves pequeñito pero cuco. Cenamos cuatro y no me gustó que nos metieran prisa para pedir porque estaban cerca de cerrar cocina. Podían haberlo dicho al entrar porque preguntamos si aún podíamos cenar y en principio nos recibieron bien.
No pedimos vino, bebimos cervezas y aguas, pero la puesta en mesa fué buena. El emplatado era correcto y limpio, pero las cantidades muy, muy justas.
Pedimos una ensalada(1 que era de tamaño pequeño-mediano para 4), foie (1 tostada por persona), presa(1 montadito por persona), revuelto de patatas con jamón ibérico y croquetas de setas (6 para 4p.).
Tomamos 3 cafés 2 cervezas y 2 aguas.
75€ los cuatro. Dos nos fuimos medio bien, pero yo sé de otros dos que pararían a cenar algo más en otro sitio antes de llegar a casa.

Pequeño restaurante que ofrece un menú diario por 12,60€ (bebida incluida, excepto los cafés) con una buena cocina casera y raciones abundantes. Se puede elegir entre tres primeros, tres segundos y tres postres. Los platos de cuchara y los arroces están muy bien elaborados. El mousse de chocolate también era bueno. Muy buena relación calidad-precio y servicio de mesa ágil. No puedo opinar sobre el vino porque no pedimos. A pesar de que el local tiene escaso encanto invita a volver con frecuencia por la buena cocina ofrecida y su competitivo precio.

Es un restaurante pequeño donde se trabaja con mucho cariño y buena atención al cliente. Obviamente no es un categoria Michelin pero tampoco pretende serlo. Comida de materia prima realmente muy buena, conocen el vino que oferecen y recomiendan bien. Volveré!

Lo dicho, sólo os recomiendo el menú. La materia prima es regular y el servicio bastante flojo. Cena para dos con dos entradas y un plato, vino y sin postre ni cafés, 60 euros. Me pareció caro. La forma de servir el vino es desatrosa.

Un restaurante pequeñin con una decoración minimalista. Tienen una opción de menú de mediodia con producto de buena calidad y cocina elaborada muy bien de precio, es recomendable y el servicio bueno.
Buena RCP

Otro más. Más de lo mismo. Decoración minimalista con mejor o peor gusto, con más o menos dinero invertido. Comida con pretensión de novedosa, pero con materias primas que dejan mucho que desear. Servicio del que hay (para qué pedir más). Carta de vinos sin novedades a precios altos... y poco más que contar.
Como este hay muchos. Sales con el sentimiento de haber estado antes muchas veces. La nada.

Restaurante moderno, pequeño,agradable, buena iluminación y cómodas sillas. Mesas algo juntas, la vez que estuve tuve que soportar,durante toda la comida, una conversación basada en las proezas sexuales que un jefe narraba a su ejecutivos(vomitivo).En cuanto a la comida me gusto mucho el salmonerejo y como cocinan los pescados. Los postres normalitos. Carta de vinos correcta,pero no muy extensa (mejorable en variedad).
Buena RCP.

Sitio pequeño y agradable, nos hablaron de la experiencia de Rafa, el dueño y cocinero, y de que había abierto su propio local.La comida no nos defraudó, sin muchas florituras pero un producto de primera calidad, y tratado con maestría. La carta de vinos está muy seleccionada con referencias de distintas partes de España y buena relación calidad precio. Destacan las variedades de la Comunidad Valenciana, tienen el Trilogía por 16.50E, el servicio del vino en cuanto a temperatura y copas bien, pero todavía no tienen quien aconseje con experiencia.Todo se andará.

Conocí a Rafa, dueño y cocinero del local en otras andanzas y me impresionó su respeto por el producto y su forma de cocinar, así que cuando me enteré que había abierto este coqueto restaurante me lancé de cabeza.
Restaurante de atmósfera sosegada, tranquila, buena iluminación y cómodas sillas.
Cocina de mercado donde prima la calidad del producto y los puntos de cocción. Platos sencillos pero perfectamente ejecutados, los puntos de cocción perfectos. Destacar las croquetas de hongos y un entrecot argentino. Postres caseros muy ricos, como el flan de calabaza con helado de cacto.
Bodega no muy extensa pero bien seleccionada y copas a mejorar.
Servicio amable y atento.

Mi más sincera enhorabuena a Rafa y su equipo. Volveremos.