¿Probablemente? el mejor restaurante de Valladolid

Hola a todos
Tras una temporada de mero espectador, me he animado a registrarme y dejar mi primera crítica a un restaurante. Y lo va a ser del Restaurante Trigo, ahora mismo uno de los mejores establecimientos de mi ciudad, Valladolid.
El pasado domingo 19 de mayo acudí con mi mujer a comer a Trigo por sexta o séptima vez, y de nuevo salimos encantados y con ganas de repetir. Quizás me pareció menos creativo que otras veces (o quizás soy yo que estoy más “resabiado”) pero igual o más satisfactorio.
El restaurante está muy céntrico, cerca de la Catedral, en una calle peatonal y poco transitada. Decorado con colores neutros y luz tenue, mesas amplias y bien vestidas, y un personal amabilísimo y atento, todo invita a pasar una agradable experiencia.
Mientras trajeron la carta y elegimos, nos pusieron un pequeño picoteo: patatas chips, crujiente de morcilla, una especie de torreznillo que resultó ser lengua de pato y otro par de cosillas. Bien sin más. Observé que la moda de las cervezas artesanas y de calidad también ha llegado aquí, ya que en dos mesas contiguas pidieron cervezas diversas antes de la comida.

Optamos, como otras veces, por el Menú Festival, a nuestro entender la mejor opción calidad precio, ya que por 38 €, IVA incluido, puedes degustar hasta 7 platos, cuando cualquier plato de la carta, tanto entrantes como platos principales, no baja de 19 ó 20 €, y los postres andaban por los 7.
En cuanto al vino, a mi mujer le apetecía vino blanco, por lo que, descartados, para variar un poco, los aquí omnipresentes Rueda, optamos por un godello “Gaba do Xil”, por 15 €. Comentar, en cuanto a la carta de vinos, que, más que extensa, es variada, con vinos bien escogidos, de diversas denominaciones nacionales e internacionales y, sobre todo, con precios muy ajustados y para todos los bolsillos: vinos desde 10 € (K-naia, por ejemplo) hasta los 200 y pico del Vega Sicilia Único.
Y comenzó, nunca mejor dicho, el festival:
- Como pequeño aperitivo, una especie de mousse de espinacas con crema de queso. Muy bueno pero apenas un bocadito.
- Primer entrante: foie con manzana, mermelada de pera y gelatina de Px, acompañado de pan recién tostado. Fabuloso. Se me cayeron los primeros lagrimones.
- Segundo entrante: espárrago y alcachofas de Tudela (de Duero) y mollejas de lechazo. Aquí yo ya no paraba de llorar de la emoción. El plato no es un derroche de creatividad ni tiene cosas raras: sólo un producto de primera (el espárrago se me deshizo en la boca) tratado de manera exquisita, acompañado de un fondo de carne, de los de untar pan hasta dejar el plato reluciente.
- Un pescado: en este caso virrey, a la plancha, con cuscús y dos pequeñas salsas: de pimiento y ajoblanco. Estupendo. Te sales pensando cómo lo harán para una cosa tan aparentemente simple como hacer un pescado a la plancha puede dar resultados tan dispares: del cielo del Trigo al infierno de otros ciertos locales.
- Una carne: costilla, por supuesto deshuesada, de ternera con pimiento asado. Como todo, en su punto. Quizás, al ser trozos muy grandes, justo lo del medio no estaba todo lo jugoso que debiera.
- Queso: tres porciones de quesos, todos de Valladolid: uno de oveja muy curado, otro más suave y un queso “de autor” de la granja Cantagrullas, cremoso y con pimentón, que a mí me encantó pero a mí mujer no le gustó.
- Postre: bizcocho de chocolate con espuma de pistacho y helado de especias. Muy bueno, pero quizás los postres no sean el punto fuerte de Trigo.

Tomamos dos cafés (carillos, no sé a cuento de qué cobrar casi 3 € por cada uno), acompañados de “chuches”.

El pan, que por supuesto te cobran (mira que me parece mal, ¿no sería mejor que cobraran 40 € por el menú y estuviera incluido?, pero ya no encuentro ningún sitio donde no sea así, así que resignación), es, para gozo de los que como yo somos muy “paneros”, estupendo, con, en esta ocasión, al menos 3 tipos para elegir: pan de Valladolid, torta de aceite de Aranda y pan gallego.

Muy buen servicio de vino (y de agua), continuamente atentos para que en ningún momento estuviera la copa vacía, sirviendo apenas un culín para que el blanco no se calentara.

Tuvieron la gentileza de invitarnos a una copa de vino dulce con el postre. Un vino francés, moscatel, cuyo nombre no recuerdo, que abrieron para nosotros (bueno, y para los de la mesa de al lado).
Todo ello por un precio, creo yo que muy competitivo para darse un capricho de vez en cuando, de 103 € los dos. A pesar de ello, un domingo a mediodía, sólo media entrada. Y es que las cosas en Valladolid andan muy achuchadas.

  1. #1

    Gastiola

    Pues bienvenido y estupendo comentario. Así da gusto, disfrutar plenamente. Lo del pan a mi también me fastidia bastante pero como comentas cada vez es más habitual. Yo tb preferiría que fuese incluido en el precio y punto.

  2. #2

    JaviValencia

    Enhorabuena por el comentario, eso es entrar con buen pie, si señor!!! Un par de veces he querido ir y finalmente no ha podido ser. Tengo muchas ganas de visitarlo, y viendo este tipo de comentarios mas si cabe ;-)

    Saludos

  3. #3

    Mtejido2000

    Efectivamente, repito lo dicho por los compis Gastiola y Javi, bienvenido y enhorabuena por un comentario tan gráfico - lo de los lagrimones me ha llegado!-.

    Un saludo, Manuel.

  4. #4

    lsierrar

    Pues perdona mi forma de contestarte, pero ya estás tardando para seguir añadiendo más y más comentarios con el nivel de éste. Ánimo!!!

    Saludos

  5. #5

    Joseangel

    Esos espárragos con alcachofas y mollejas de lechazo son un verdadero placer. Comimos hace ya un par de meses y todavía las recuerdo. Por cierto, excelente crónica.

  6. #6

    Fer B.

    Enhorabuena por el comentario y la experiencia. Un sitio que tengo claro no perderme cuando realice incursión por la zona.

    Un saludo!

  7. #7

    Nachoferpla

    Muchas gracias por el cordial recibimiento.
    Espero poder hacer comentarios de vez en cuando; sería señal de que mi salud, mi cartera y, sobre todo, mis dos churumbeles, me han dejado volver a disfrutar de una comida como la del pasado domingo.

  8. #8

    jacomur

    Para mí, conocedor de Valladolid, sin ningún genero de duda es el mejor de la ciudad, servicio, comida, precios, carta de vinos con precios "dulces". Pero fuera de Valladolid, en Puente Duero, existe otra joyita escondida, rte. Dámaso. No tiene las prestaciones del Trigo, pero su cocina es muy grande. ¡Ah!. Bienvenido a Verema, pucelano. Y Saludos desde Cantabria.

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