Buena carne
Un local en el centro, centro de la ciudad, que dispone de un excelente espacio a la entrada para grupos amplios quedando a modo de comedor privado ideal para nuestro caso de 22 comensales para cenar con menú (comida y bebida) cerrado previamente por lo que no ví ni carta de vinos ni de comidas. El local es amplio con varios espacios, con mucha madera y dedicación a carnes a la brasa y complementada con otras opciones como pizzas, menús, etc.
Una mesa amplia pero mejor sería para 2-3 comensales menos. Copas básicas, vajilla y platos correctos sin más. El servicio de vino consistió en un primer servicio dejando ya las botellas en la mesa. Los vinos tomados fueron mejor de lo esperado tanto en blanco como tinto: un poco conocido Loidana 2018 y Martin Codax 2018 que parecieron más que correctos, aunque no se ofrecieron (salvo una excepción) cambio de copas, si se querían probar ambas opciones; también hubieron cervezas y agua de Font D´Or antes y durante la cena.
De comida compartimos entrantes al centro y luego un principal servido de forma individual, como el postre. La fiesta:
. trio de hummus: de berenjena, garbanzos y remolacha con chips de plátano: interesantes y bien presentados.
. gambas al ajillo: sencillas y correctas.
. mini empanadas argentinas: pequeñas por lo que hay más pasta que carne.
. pinchito de carne (¿entraña?) con pimientos: interesante aunque se quedó corta de tamaño. Bien.
. ojo de bife de Angus a la parrilla al punto: con un detalle de verduras a la brasa, una buena carne de 300 grs de lomo alto, amplia ración y perfecta de punto. Muy bien. Algunos optaron por la opción de pescado, que era lubina salvaje al horno con patata ratté.
. tarta de queso: muy muy prescindible. De la misma forma que la otra opción de postre que era tiramisú, ambos con un sirope de fresa siempre en exceso (quita más que aporta) y una hoja de albahaca.
Algunos cafés y tiempo para sobremesa; algunos para preparar la continuidad nocturna por la zona. Otros nos retiramos por prudencia ante el empuje juvenil.