En los bajos del Hotel Occidental (pero no es el restaurante del Hotel), en la zona de Nervión, puntal de la nueva Sevilla crecida al amparo de la Estación del AVE. Se entra directamente en un bar de aspecto inmejorable, con una vitrina donde están expuestos los espléndidos pescados del Estrecho. ¡En qué pocos sitios pueden degustarse esos ejemplares salvajes!. Este es uno de ellos. Comedor no muy grande, de decoración clásica, agradable. Servicio muy bueno, profesional y simpático, con lo mejor de los sevillanos. Vajilla y resto de menaje correcto. Calidad de la comida más que sobresaliente, tanto en los entrantes (chacinas, queso, pimientos rellenos de pringà,...), como en los segundos: los pescados anteriormente comentados a la sal, solomillo a la plancha con unas patatas fritas fuera de lo común,...La carta de vinos suficeinte, muy abundante sobre todo en Riojas y Riberas, pero con algunos buenos vinos andaluces, sin mención de la añada en ningún caso, a precios algo elevados.