No esperaba encontrar algo así en un pueblo "pequeño" como Mora.

Un lugar muy agradable, con una decoración moderna pero sobria y cálida. Echamos en falta un menú de degustación, pero acabamos haciéndolo nosotros mismos siguiendo los consejos de Angel.

Cuatro entrantes, con especial atención al brick de morcilla y otros cuatro segundos, bacalao con pisto, manitas de cerdo, unos chipirones excelentes destacando el solomillo con foie, de postres dos helados, de queso (insípido) y de aceite (soberbio).

No puedo opinar de la carta de vinos, porque sabedores de que Angel trabaja muy bien el Champange, nos pusimos en sus manos para regar la cena, un Brut Nature para los entrantes y un Blanc de Blancs para los platos más contundentes, terminando en los postres con un moscatel de Mendoza. Las elecciones de Angel fueron excelentes.

Muy buena RCP.

Por poner un pero, reitero lo de la falta de menú de degustación y una carta más bien escasa, aunque si esta varía con asiduidad esto no es un problema.

A pesar de haber llegado bastante tarde por circustancias, nos atendieron perfectamente, no nos presionaron en ningun momento.
Servicio atento y profesional, platos tradicionales con variaciones que logran potenciar el sabor, buena cantidad y bien presentados.
Carta de vinos extensa y correcta con una buena seleccion de champagnes, tomamos un Martue Shyraz 2006, correcto de temperatura y en copas adecuadas.
Rematamos la sobremesa con un gin tonic.
RCP bien, para recomedar.

Experiencia muy agradable.Muy buen servicio.Carta de champagnes, blancos, rosados y tintos,extensa, copiosa, incluso muy extensa para los que no somos entendidos. Boletus con ibérico muy bueno, crepes de morcilla con pedro ximénez excelentes, solomillo al foi tremendo y el lomo de venado de mi mujer...la repera limonera... Helado de higos tremendo y el de aceite de oliva pues era la primera vez que lo probaba y efectivamente, sabe a aceite de oliva...o sea que solo para los entusiastas.

Coqueto restaurante en la cuna del aceite del oliva Cornicabra. Angel Partearroyo propietario atiende la sala y Marcos en la barra se mueven con destreza y derrochan simpatia. Su madre esta a los mandos de la cocina. Buena materia prima y bien trabajada, (destaca la caza), pero lo mejor es dejarse aconsejar. Gran selección de Champagnes y de vinos, buena cristaleria y buen servicio con los vinos a la temperatura perfecta. Por poner una pega le falta las añadas en la carta de vinos. Por fin en Mora se come como Dios manda. Probar el semifrio de queso, el helado de vino tinto con Finca Antigua Tempranillo, las gachas con bogavante y el hojaldre con pedro ximenez y boletus edulis.