Situado a pocos kilómetros de la salida de Cuenca capital (autovía).

Situado a pocos kilómetros de la salida de Cuenca capital (autovía). Restaurante sin pretensiones que colma las expectativas si lo que vas buscando es comer bien sin filigranas.
Gran sala comedor, bien acondicionada, con manteles de papel pero copas para el vino que me gustaría encontrar en más de un restaurante "con pretensiones". El personal de sala es rápido y muy amable.
Tienen un menú diario y una carta con elaboraciones de platos de la zona sin filigranas. Las cantidades "asustan", difícil darles fin.
La seleccion de vinos está centrada en los vinos de la Tierra, con buena representación y precios correctos (x1,5).
Los platos: setas de cardo con "patatas panaderas" (lástima de exceso de aceite) que compartimos, paletilla de cordero (apetitosa y tierna) y entrecote hecho en el punto deseado.
Al límite, no me pude resistir a probar el flan casero (de lagrimones).
El vino escogido no me convenció: Montalvo y Wilmet Tempranillo Crianza ’02.
Dos personas todo incluido: 50,00 eur. Buen pan.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar