Aprovechando la magnífica ubicación del Parador dispone de salón interior

Aprovechando la magnífica ubicación del Parador dispone de salón interior y terraza exterior muy amplios ambos. Decoración típica de la zona y servico atento y rápido.
La cocina representa tradición y están marcados los platos de la zona.
La carta dispone de casi una veintena de platos entre primeros y segundos, así como una selección de vinos nacionales con especial énfasis en los vinos de la tierra de Castilla. El precio de los vinos es injustificablemente caro (x2,5), la temperatura correcta.
Al llegar te sirven un aperitivo armonizado con una copa de vino: en mi caso fue una sopa de guisantes con panceta acompañado de una copa de fino.
Los platos fueron: Duelos y Quebrantos (abudante ración de este contundente plato) y de segundo Lomo de Ciervo con cebolla confitada (carne tierna, riquísima y poco hecha: excelente).
No tomé postres pero sí escogí un Jamaica Blue Mountain de la carta de cafés, decepción al ver que era de "sobrecito".
Tome un Muga Crianza ’02 3/8. Total 1 persona: 57 eur.
Buen pan.

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