El edificio es precioso y el entorno muy bonito, pero la comida dejaba un poco que desear y la atención no fue muy buena.

Visite este pazo por un bautizo, por lo que tampoco puedo valorar muy bien su menú, lo que se sirvió no me convenció del todo, por lo que en la valoración de los platos tampoco daría una nota muy alta. El local es precioso, con unos grandes ventanales al jardín.

Preciso pazo restaurado, el cual es una casa con mas de 300 años que además es casa de turismo rural. El restaurante está decorado por un techo de madera, paredes de piedra tradicional gallega y una gran cristalera que da al jardín. El servicio es normal sin ser exquisito, la comida cuida la materia prima y está muy bien elaborada. Yo suelo repetir. En cuanto a vino la carta en mi parecer es corta, con pocas D.O fuera de lo más comercial. Es un sitio muy recomendable. El precio está bien, dos personas 50-60 € sin vino, muy buenas las empanadas que es recomendable pedirlas con antelación cuando se reserve la mesa.

Precioso restaurante dentro de las instalaciones de un pazo absolutamente restaurado y cuidadísimo. Restaurante cuidado con unas amplias cristaleras que dan al jardín del Pazo, recomendable quedarse al menos un par de días.
Servicio cuidado pero sin pasarse, sin ser pedante y la comida realmente especial. MI recomendación las cocochas de bacalao con zamburiñas, una absoluta delicia. Precio comedido (Cena, vino y postre para dos personas 70€)