Hacía mucho tiempo que no iba a este restaurante y lo encontré muy

Hacía mucho tiempo que no iba a este restaurante y lo encontré muy cambiado. Para empezar, la comida está mucho mejor: el menú degustación estaba riquísimo (salvo un langostino demasiado hecho bañado en sopa de queso). También parece que se ha puesto mucho más de moda y está a rebosar (con lo cual resulta ruidoso hasta casi el límite). La carta de vinos es forera por los cuatro costados :), las copas muy buenas, vinos decantados (bajo petición), pero no se dán a probar (ni se sirven). El EM Shiraz (y algunos otros) vienen con un asterisco indicando que igual no lo tienen. Me gustó mucho, salvo el ruido, el humo, y las mesas que eran largas y estrechas. De todas formas, volveré. Los precios correctos (pero algunos vinos más caros que en Torrijos, y, por supuesto, que en el Levante)