Un clásico con luces y sombras

Local "de toda la vida", con unas características y ambiente ya descrito muy bien por Ana en el anterior comentario. Mesa para seis puesta al fondo y separada por biombos consiguiendo un ambiente más íntimo que se agradece, aunque la falta de mesas ocupadas no planteaba problemas de servicio ni de confusión.

Buena carta en la que destacan los arroces: meloso de sepia y alcachofas, meloso de alubias y conejo, nécora y azafrán, de verduras, de ajetes con bacalao y coliflor; todos sobre 10€ la ración. vamos de cena, así que pasamos página.

Entramos con un blanco de la Marina Alta, Fondarium, que sirvió para el inicio de la cena.
Aperitivo de la casa: pequeño cuenco de cerámica con sopa de cebolla que entonaba (aunque no hacía frío, pese a las fechas) al menos el estómago y siempre es una agradable comienzo que prepara el estómago para la que le viene encima.

Entrantes: primera comida en Alcoi, obligada la Pericana: pimiento asado, bacalao, ajo y buen aceite y buena dosis de especias. Un plato interesante para ser acompañado de un poco de pan.
Foie de oca, muy bueno, en ración abundante, buena textura.
Alcachofas levemente rebozadas y a la plancha: en su momento temporal perfecto y sin pasarse de fuego que las secaría.

Se acabó el blanco, así que tras la línea que marca la alcachofa, cambiamos a tinto. Nos ofrece varias botellas físicamente en la mesa de las que elegimos Tridente 2010 con más grados en botella que en boca y que vino bien para el siguiente entrante que nadie se había atrevido a pedirlo como principal, pero al ser especialidad de la casa, había que probarlo: conejo con chocolate, setas y brandy.
Con mucho el mejor plato de la cena, bien tierno, con buena cantidad de chocolate, en un punto perfecto de equilibrio en el que hay conejo y hay chocolate porque nadie ha ganado la batalla del sabor. Dos platos a repartir que supieron a poco.

De principales: 4 de denton francamente mal, correoso, mal cortado, algo seco, con un poco de ensalada verde como triste compañía. Algo pero no mucha mejor suerte corrieron los de la carne (solomillo) uno plancha y otro pimienta; no pasaban de correctos.

Los postres, todos al mismo precio, fueron solo 5, ya que venía "yo de postre una cucharita"; hubo de todo: 2 x chocolate amargo con peta zeta, curioso y poco más; un flan de castaña mejor; 2 x crema catalana correctas. Se acompañaron de 2 chupitos de Fondillon 1987 y dos de vino de licor Bandeira superior.

Unos correctos cafés e infusiones con gominolas por gentileza de la casa, como también fueron gentileza de la casa los vinos dulces. Un punto final de la cena, en el que hay grandes diferencias entre unos restaurantes y otros.

La sensación a la salida es de confusión unos platos muy buenos, prácticamente todos menos los principales que no fueron acertados. Si hubiera pedido de segundo el conejo con chocolate saldría como sitio sobresaliente en todo.
Por contra el servicio y la atención fue más que muy buena. Complicado de decidir los puntos, por lo que me fijaré más en como sale la media final.