Hace unas semanas estuve en Madrid y visitamos este conocido restaurante. Uno de mis acompañantes es asiduo del local en sus viajes a la capital y me lo recomendó encarecidamente. Lo cierto es que hasta él despues de la visita entonó el "no vuelvo más".
En primer lugar el entorno no me pareción nada extraordinario. La decoración es la de la típica tasca de ambiente vasco, cosa que no me desagrada cuando los precios se corresponden con esa idea gastronómica. Eso sí las paredes repletas de fotos de famosos y alguno más en las mesas. El atendimiento por parte del metre fue deplorable. En todo momento se mostó molesto por cualquier tipo de comentario que hacíamos y muy interesado en que dejáramos libre la mesa lo antes posible. En cambio el camarero fue muy atento y servicial. En lo que se refiere a la comida hay que reconocer que el género, sobre todo en carnes, es de buena calidad. Pedimos una ración de jamón que estaba muy bueno. En cambio los revueltos eran absolútamente prescindibles. La carne a la piedra era de primera calidad. Los postres pasables y buen detalle el de el sorbete y las tejas con pasas al final. La carta de vinos es muy extensa y plagada de referencias de indudable calidad pero de precio elevado. Eché en falta alguna cosa más original, algo más de riesgo. Pedimos varias botellas de Viña Amezola crianza 2004. Lo sirvieron a una temperatura inaceptable. Pedí que lo enfriaran. No estaba mal, un rioja correcto sin más. Y por fin la cuenta; algo más de 80€ por cabeza. De ninguna manera ni el servicio, ni la calidad de la comida justifican este precio. En Madrid y fuera hay muchos sitios donde comer igual o mejor que en Txustu por la mitad de precio.

Restaurante afamado por se visitado frecuentemente por jugadores del Real Madrid. Local enorme con mesas y gente por todos lados. El servicio es atento, con ganas de agradar y suficiente para el volumen de mesas que tienen. Ya no tanto la cocina, que se queda algo escasa para tanto comensal. En cuanto a la comida, pues de primera calidad toda, aunque es un sitio sin sorpresas. Si pides jamón, pues ibérico correcto y el queso igual (me hubiera gustado mas curado). Unos langostinos estupendos servidos con dos salsas y un pate que sin estar malo no aportaba nada a la mesa. Luego nos trajeron buey crudo, ya salado, en fuentes y nos colocaron platos de barro Zamoranos para irlo haciendo al gusto (barros que cambiaron 3 veces), estupendo, muy bueno, me gustó, lo acompañan con unas patatas como a lo pobre. Sorbete de limón y te ponen también sin pedirlo un plato con galletas y unos bombones. Para beber un Viña Amezola crianza 2004 que estaba bastante bien, a buena temperatura, y cuyo servicio consiste en abrirte la botella y dejarla en la mesa. El precio sencillamente desorbitado. Es un local para ir de negocios donde siempre hay alguien “conocido” y donde se come correctamente sin mas pretensiones imaginativas.

Estoy de acuerdo con el comentario anterior; creo que este tipo de restaurantes deberían ser puestos en su sitio. Un concepto con 0 evolución en 25 años en estilo, producto, y servicio debería haber tenido una evolución de precio acorde con el esfuerzo económico y profesional aportado. Como puedes salir a 80 Euros por comer unos ibéricos, un chuletón y un mal postre y encima con un sevicio frío. A mi me encanta la carne y los ibéricos, igual que me gusta el marisco cocido o el pescado a la plancha, pero cada cosa tiene su precio!!! Y si yo pago 80 (yo he llegado a salir a 110 en el asador donostiarra) en un sitio que no aporta ningún valor añadido al producto en si, una de dos o como un producto verdaderamente exclusivo (hace poco me comí una becada en dos platos diferentes y en un restaurante con un 8 en la guía de RGS al precio de un chuletón de casa lucio) o disfruto de un entorno y un servicio excelsos.
Como te puede costar lo mismo (por hablar de restaurantes clásicos) comer en horcher, el amparo, zalacaín, la paloma... que en Txistu, A. Donostiarra o Casa Lucio...

Decepción total¡ ¿De dónde tienen la fama? ¿De los jugadores del Madrid? Más que un restaurante es una exposición fotográfica de famosetes que han pasado por allí. Seguro que cuando Gasol estuvo comería en la planta de abajo porque en la de arriba tendría que andar agachado... Parecía un garaje con mesas y sillas... y fotos, claro.
Los primeros bastante normalitos. Los segundos fue lo único que se salvó. El chuletón a la piedra estaba bueno y, además, nos cambiaron 4 veces los platos de barro calientes. Los postres muy pero que muy flojos. Yo tomé leche frita y estaba fría, insulsa y sin siquiera una mísera bola de helado acompañando. El servicio rápido pero muy distante.
Carta de vinos típica para un sitio así, con precios altos aunque comedidos en comparación con los de la comida. Éstos estaban totalmente desproporcionados e injustificados viendo el resultado.
Echo de menos el que podamos calificar la RCP... aquí le pondría un cero patatero. Con 3 entrantes, plato, postre (no todos) y 5 botellas de Arzuaga crianza entre 16 comensales, la cuenta fue 1279,99€, a 80 por cabeza... ¿A que a este señor del Donostiarra no se le ocurre montar una sucursal en San Sebastián...? Cría fama...¡¡¡

Asador típico, muy integrado en el ambiente futbolero de la capital, sobre todo del Real Madrid. De hecho el propietario también lo es del Asador Donostiarra. Está muy céntrico, entre Plaza Castilla y Cuzco, zona de mucho ambiente. Decoración muy clásica y típica de este tipo de locales, con toros, fútbol y fotos de los famosos que por allí han pasado, demasiado ruidoso para mi gusto. Carta muy sencilla y de productos de calidad. Yo las llamo "sota, caballo y rey", porque no hay sorpresas y sabes a lo que vas: carne a la brasa o a la piedra, pescados, ibéricos,...Mi solomilllo estaba rico, un poco pasado del punto y el pescado de mis amigos estaba excelente. Los postres flojean y la carta de vinos es correcta, con representación de las DD.OO. más importantes del país, abundante presencia de vinos franceses, reseña de la añada de todos ellos y precios altos pero no exorbitantes. Copas satisfactorias. Este tipo de restaurantes tiene una clientela segura y muy fiel:era miércoles por la noche y estaba a tope.

Típico restaurante asador vasco, con una carta reducida con una materia prima muy buena. en la barra tomamos jamón bueno y lomo extraordinario, incluso para los que nos gusta el jamón, el lomo estaba mucho mejor.
la carta de primeros un poco justa toritlla de bacalao rica, y de segundo una carne de chuletón que ellos califican como " especial " que realmente lo era, con plato de barro que se cambio tres veces para ponerla a tu punto. el pesacdo que se pisió de pieza al corte extraordinario, postres caseros, tocinillo muy bueno.
carta de vinos conservadora con alguna referencias interesantes, nosotros cepa 21 en copas adecuadas no exclentes , con autoservicio.
recomendable sobreotodo para los que buscan comida tradicioanl con buena materia sin complicaciones, inprescindible reserva cualquier dia.

!Qué decepción! ¿Qué se puede comentar de un sitio donde te ofrecen gamba blanca y te ponen langostino? El servicio malo: se pidieron distintos puntos en la carne y trajeron todos por igual. Incluso malos modos al hacer algún comentario. La calidad de la comida buena, aunque sin pasarse. En cuanto al vino, tomamos el de la casa (Viña amézola crianza 2000) servido en vasos de chiqueteo. En la carta tienen mucha variedad, grandes referencias y amplia variedad de magnums, por lo que no los "castigo" en este aspecto como correspondería por la experiencia propia (supongo que no servirán un Cirsión, un Viña el Pisón, un L’Ermita o un Único en vaso)