Auténtica cocina tradicional en un marco actualizado

4 amantes de la cocina en torno a una mesa en el FIGÓN DEL HUÉCAR. Ubicado en el casco viejo de la ciudad, a un paso de la Catedral, ocupando la antigua casa de Perales. Cocina con el mismo fundamento que la del Mesón Casas Colgadas, de los mismos propietarios, pero con una puesta en escena más contemporánea, más propia del siglo actual, no de la Castilla del siglo XIV. Decoración en tonos blancos, mantelería, cubertería y vajilla de calidad, pero cristalería mejorable. Salón, a dos alturas, con unas amplias cristaleras al fondo, y pequeña terraza, que permiten una espléndida vista de la Hoz del Huécar y del Parador de Turismo, donde estábamos alojados.

Acordamos en erigirnos en “jurado popular” de los platos que íbamos a degustar y otros aspectos de la experiencia, otorgando cada uno puntuaciones individuales y una puesta en común de las impresiones obtenidas, por lo que el resultado final de este comentario es una conclusión de las mismas.

Repaso de la carta con unas cervezas en copas para ir activando los paladares. Platos tradicionales junto a otros más actualizados. Optamos por algunos de los platos más típicos de la cocina conquense, prestos a valorar todos los detalles.

Primer entrante elegido, AJOARRIERO. Servido en plato de porcelana, con pequeñas tostadas industriales (lástima) y algo de perejil. Bien mezclado, buena textura, con un aroma contenido y un sabor en su punto justo. Suave, nada agresivo, perfecto para estómagos delicados, como apuntó uno de los comensales, y con buen regusto final. Puntuación media obtenida: 7,25

Segundo entrante: como no, el más famoso de Cuenca, MORTERUELO. Servido en vajilla de consomé. Ensamblaje de sus componentes bien conseguido, con aroma de especias, algunas difíciles de reconocer. No para uno de los comensales que claramente reconoció la canela, ni para otro, que percibió un aroma cercano a la nuez moscada, pero sin clarificar del todo. Faltaba en resto de especias, por lo que preguntamos: primera respuesta: “sólo pimentón y alcaravea” (éste último era el aroma reconocido como parecido a la nuez moscada) y segunda respuesta: “la alcaravea es un cúmulo (¿?) de varias especias, como canela, clavo,…” (Incierto, pues realmente es una pequeña planta cuyas semillas tienen sabor picante, con aroma a anís). Rebuscando en el recetario tradicional, se cita que lleva pimentón, pimienta, alcaravea, clavo molido y canela al gusto. Cuestión de especias aparte, el plato tuvo un sabor bien equilibrado del hígado de cerdo con las piezas de caza, con un resultado suculento Puntuación media conseguida: 7,50

Estuvimos a punto de repetir otro entrante de ajoarriero, pero volver de un plato caliente a otro frío y ya catado no fue aprobado por el grupo, por lo que nos decidimos por otro muy típico de la mancha: las MIGAS RULERAS. Presentadas en pequeña sartén, con predominio excesivo del chorizo cuyo sabor se significó demasiado sobre el resto de componentes, con un resultado nada equilibrado, pese a la presencia de las uvas. Fue el plato menos valorado: 5,75

A continuación, el plato estrella, COCHINILLO LECHAL: Acompañado de unas sencillas patatas. Punto correcto de horneado. Piezas bien cortadas y presentadas en las que se distingue claramente la textura crujiente de la piel en contraste con la textura tierna de la carne sabrosa y jugosa del interior. Impecable plato. Puntuación media obtenida: 8

Nada de postres; directamente unos cafés y, naturalmente, a saborear un poco de RESOLÍ para la puesta en común de las impresiones obtenidas que, junto con la puntuación del servicio (7,75), completaron las notas.

Respecto a los vinos elegidos, aun cuando su carta contenía referencias de la zona, nos decantamos por un rioja clásico, una botella de MUGA crianza para los entrantes; y otro, no menos clásico, ribera para el cochinillo, un PESQUERA crianza.

La conclusión común final fue la de haber disfrutado de una cocina de ejecución clásica, tradicional, fiel a sus raíces y que respeta las señas de identidad propias e inconfundibles de la cocina conquense. Todo ello en un ambiente y decoración más actual, más amigable para el segmento de clientes al que va dirigido, y a un precio muy competitivo.

  • Comedor y ventanales

    Comedor y ventanales

  • Comedor

    Comedor

  • Figón del Huécar

    Figón del Huécar

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