El local está bien, aunque se adivina un paso de transición entre el

El local está bien, aunque se adivina un paso de transición entre el negocio anterior y el negocio actual.
La profesionalidad de la plantilla de sala queda remarcada en el servicio.
En cuanto a la comida, me decanté por un menú degustación (54€ +IVA, no es un sitio caro) 4 1ºs, 2 2ºs, 2postres. Todo exquisito y original, aunque quizá la materia prima de los primeros platos me parece demasiado económica para el precio. Dos de los primeros eran huevos, elaborados de distintas y originales maneras, pero huevo. Tanto primero provoca que llegues fatigado a los segundos y los postres. Por cierto, un aplauso a los postres.
El servicio del vino fue correcto. Un joven camarero me sirvió correctamente supervisado por Bistuer. Quizá algo arriesgado el no dejar la botella en la mesa, reconociendo que nunca esperé demasiado a que me rellenaran la copa. La carta de vinos no es muy amplia pero recoge una buena selección del panorama nacional.
Un fallo, para mí y no como un reproche, fue el servicio de la cerveza de aperitivo en copas de vino borgoña.
Un sitio que si mejora las instalaciones, puede optar a una estrella michelín como su restaurante "hermano" el Lillas Pastia de Huesca.
Volvería y de hecho lo haré.

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