Han hecho falta tres visitas para poder salir medianamente convencido que el dinero gastado ha sido una inversión correcta y no una donación para el bolsillo de alguien... Esta vez la calidad y el servicio superó las anteriores dos ocasiones. Es cierto que esa noche estábamos sólo dos mesas y el servicio estaba muy atento. No obstante, creo que deben mejorar el servicio de vino, ya que no están pendientes del mismo. En cuanto a la comida: croquetas caseras de ibérico y ensalada. De segundos, un solomillo extraordinario y merluza de pincho muy buena. Postres: pastel de chocolate muy bueno y crema fría de lima. Vino: Viña Ardanza 2004. Recomendable si se quiera disfrutar entre semana siempre que no esté lleno. De lo contrario, debido a lo escaso del servicio, se empeora notablemente la calidad del restaurante. Creo que se debería cuidar lo anterior. Veremos la próxima...

Acudí a este restaurante a la busca de un local agradable en el extremadamente masificado mundo de Cullera.
La ubicación, en la falda del castillo, y con vistas a la bahía, es motivo suficiente como para subir hasta él. Servicio muy profesional y sin que repares en su presencia, lo que es todo un lujo en la hostelería actual.
La comida estuvo a la altura de las circunstancias, las cantidades correctas y a precios razonables para el entorno.
En resumen, uno de los mejores restaurantes de Cullera, y posiblemente el que mejor puesta en escena tenga.

El local está situado en la subida al castillo de Cullera con unas vistas impresionantes y decoración minimalista con amplitud de mesas debidamente separadas. En cuanto a la comida, nos sirvieron el entrante de vieira, muy bueno, el pulpo con patata violeta estaba duro y el foie así como las alcachofas estaban correctas. Pedimos arroz Salvia que desaconsejo, pues no tiene nada que ver con los de su matriz Casa Salvador. El "cake de calabaza" prescindible. Sin embargo, con todo los precios resultaron lo peor de la comida; excesivamente elevados para la comida servida. Las vistas no son suficientes para justificar el precio, y de hecho fuimos la única mesa de la tarde.

A pesar que tenia depositada en esta segunda oportunidad, todas mis esperanzas, de nuevo me volvió a sorpremder desagradablemente.
Petición de reserva en la terraza en barandilla, me comunican que está todo reservado y decidimos cenar en la terraza más interior. Entrante detalle de la casa carpaccio de pulpo que debía estar en plato por lo menos 3 horas, no se despegaba del plato... increible. Cena para dos: hojaldre de foie con mermelada de arandanos y naranja...casi excelente s falta de las tostas y no pan blanco o nueces como lo sirven. Plato fuerte: Solomillo al foie cuya guarnición aún sigo sin comprender patatas fritas gruesas como las del mcdonals? jaja aun no doy crédito... junto con filete de buey con setas silvestres y espuma de mandarina, que aún no sé a quién se le ocurrió ponerla ahi !horrible! Postres no tomamos. No nos atrevimos vaya! Cerveza internacional de trigo tipo franziskaner y mucho vino, gran carta con unos precios al 150 y 200% engordados. Café normal y corriente. ¿Conocen nespresso que al menos no falla? Desde mi punto de vista no tiene más que vista bonita. Ah! Por cierto... dos mesas de la barandilla quedaron vacías. Mala suerte o liente desconocido? HUIR!

Mmm..., sinceramente me decepcionó bastante!, o quizas esperaba demasiado pero bueno..., no podía esperar menos, el el Restaurante VIP de Salvador..., Lo mas impresionante que tiene son las vistas y que el local se sale de lo normal tanto por su ubicación como por su decoración. La comida, demasiado empalagosa, el servicio de mesa flojillo(Tuve que pedir 4 veces si podian bajar el aire). Lo que si era bueno los vinos y el postre pero caro para ser un restaurante del que olvidas la comida a los tres dias de ir.

Segunda decepción. El año pasado 30/08/06 solo salvó la gran decepción el fabuloso coulant que tenían de postre. Este año ni eso. Precio no razonable que absolutamente nada tiene que ver con la calidad de lo servido ni con el servicio ofrecido. Más de 70 euros por persona sin pedir vino. Las gambas ralladas de denia servidas casi frias (y en la Sala estábamos solos). Buen negocio al que tiene que agraceder su éxito exclusivamente a la localización que tiene y a sus vistas.

Fuimos de cena, probamos foie y timbal de chipirones y verduritas, entradas muy buenas. De platos pechugitas de pichon ( que no decian nada, sosas), calamar relleno de manitas ( el relleno fabuloso pero el calamar algo duro) y solomillo al foie. Postres unos exquisitos soufles, y caipiriña casi incomible.En la faceta del vino buena bodega referencias abundantes y bien escogidas,la cristaleria correcta pero el servicio del vino: no estaba a la altura del restaurante asi como el servicio, no dan a probar el vino algo a mejorar. Por ultimo la relacion calidad precio, bastante descompensada, pagas mas de lo que te ofrecen.