Para ostentar

Quizá fue casualidad pero esa fue la impresión que percibí. Siendo un día entre semana coincidieron muchas mesas con Moet Chandon sin límite, parejas con acusada diferencia de edad, coches ostentosos en la puerta...no es que esté en contra de ello, simplemente describo el ambiente. El emplazamiento y las vistas ciertamente mereceren la pena, sobre todo comparado con la competencia, pero esto es en lo único que la supera, ya que antes recomendaría Casa Jaime, of course, o el Cortijo. A pesar de la crisis casi se llenó el local y tan sólo contaba con un camarero, que no dejaba de pedir disculpas por el servicio deficiente. La carta es la típica marinera con mucho marisco de buena calidad pero precio algo excesivo. Esta vez no tomé vino, por lo que no puedo opinar. De entrante pedimos unos chipirones con alcachofas y gambas (según indicaba la carta) pero las gambas se ve que se fueron con los Moet y no aperecieron por el plato. La ensalada tibia nada que comentar. En cuanto a la caldereta,a pesar de estar bien, no justificaría tener que volver para repetir. Sin pedir postre ni vino, ni marisco 45 € por persona. Quizá cuando cambie de coche y de mujer vuelva.