Restaurante con calidad-precio perfecta. Muy recomendable para pasar un rato agradable delante del mar. Ambiente distendido, no confundir con restaurantes de otra categoría, ni esperar manteles y cuberterías, el precio tampoco es para ello (el precio medio es de 20 euros). El arroz negro es buenísimo; las almejas, para mojar pan; los caracoles de mar, en su punto de sal y cocción. El trato del personal del restaurante es agradable y también distendido, no esperar "besamanos", ni las atenciones que dispensan en otro tipo de restaurantes. Éste es un restaurante sin ninguna pretensión, con productos frescos y cocinados de forma tradicional, en un entorno agradable y en el que uno se siente relajado y puede mostrarse "tal cual", sin encorsetamientos.

Enfrente del puerto de L´Ampolla, entorno muy agradable y con una cocina basada en la zona del delta, Ostras a precios bajos, arroces´y pescados. Se nota que es un lugar de asiduos, porque la verdad tiene detalles no admisibles como es el del camarero/jefe que atiende a las mesas mascando chiclet. Tanto las servilletas como el mantel son de papel y con los precios que gasta deberia usar tela, al igual que la cubitera que es de esas "cutres" de plastico de las de propaganda. Ni servicio del vino ni temperatura correcta. El arroz muy bién hecho pero la ración cabe en un plato de postre. En la carta anuncia Ostras y te sirven ostrones pequeños. Eso sí, deliciosos. Una pena porque las espectativas eran buenas