Se respira un ambiente de "aquí vamos a hacer las cosas bien hechas". Desde la cordial recepción, la limpieza y luz en el local, el detalle del aperitivo, la premura en el servicio, la explicación de la carta, el descorche de los vinos... Todo de manera eficaz, simpática y a su tiempo.

Tomamos tártar de atún con carpaccio de gambas, pulpo y arroz seco de conejo y caracoles. Como se dice en otros comentarios: producto, producto y producto, esa es la base de su exito. El atún y el pulpo se deshacían, el conejo y los caracoles excelentes... Por no havlar de todo aquello que se exhibe en la barra: gambas, jamones...

El servicio de vino ofrece una posibilidad por la que nos decantamos: gran carta de vino "a copas" entre 3 y 4 euros: Vallegarcía, Ramón Bilbao y un Pedro Ximenes.

Todo de lujo. El único pero, por poner uno, es que algunas mesas estan muy juntas y, sin querer, te enteras de las conversaciones ajenas. No conozco mucho alicante, pero ésta debe ser de las mejores opciones.

Yo me hubiera quedado en la barra, porque la pinta del producto que se ve allí impresiona (babeando me quedé con el aspecto que presentaban las gambas rojas y las cigalas, enormes, fresquísimas, tan vivas que parecían querer salir de las bandejas), pero iba de invitado y los deseos del anfitrión pasaban por comerse un arroz. Así que comimos a la carta. Unas mollejas con ajos tiernos muy buenas, crujientitas y de intenso sabor. Riñones al jerez ricos. Y de plato principal, un arroz al horno que para mi fue toda una decepción. Muy escaso de sabor. Me está mal decirlo, pero a mi me sale más bueno, y el que hace mi mami le da mil vueltas. Quizás deberíamos haber optado por algún otro arroz de la carta, que los había y con buena pinta (de hecho, nuestra primera elección era un arroz con chipirones y alcachofas), pero ya digo que yo no elegía. De postre, helado de tomate verde solo correcto. Servicio de vino suficiente (por eso de estar en la Comunitat Valenciana, bebimos un Mestizaje) y precios bastante ajustados. Tengo que pasarme por Alicante dentro de un mes, y volveré para probar la barra. Ya veremos.

Sin duda alguna el mejor restaurante de toda la comunidad valenciana ,tanto por su comida como por el servicio ;se respira profesionalidad por todos los lados mis mas sinceras felitaciones

Parada obligada en el centro de Alicante. la calidad del producto es excepcional y el servicio rápido y muy atento. Tiene 2 zonas diferenciadas, en la planta baja y la primera planta restaurante a la carta y en la planta intermedia la barra, los productos expuesto son de excelente calidad y una persona está continuamente cortando Jamón Joselito que la verdad está delicioso, con un poco de pan a la catalana.
La carta de vino es muy extensa con todas las D.O. y precios correctos en algunos de ellos. Buena carta de cavas y champagne.
Lo único malo, el precio que es bastante elevado, aunque merece la pena por la calidad. Para mi una de las mejores barras de españa, por lo menos de las que conozco ( Junto con el Ciudad Condal de Barcelona con mejor Rcp)
Pedimos Jamón Joselito, ensaladilla, calamares y huevos rotos en la barra. no tomamos vino aunque si que vi la carta y el servicio.

Muy buen producto,buenos arroces,carta de vinos extensa.Comimos pulpo confitado,el punto del pulpo bueno,huevos rotos con jamon,buenos sin mas,ensalada de salazones,luego dos arroces,al horno y con atun y gamba roja,muy buenos,el arroz de tipo senia,al punto.Una botella de casta diva 2006,3 postres y cafes.4 personas 157 euros.El servicio muy correcto,aunque el equipo de sala muy acelerado.

Ha sido una cena fantástica en la barra, era la primera vez que íbamos a local y nos ha parecido uno de los mejores de Alicante. El servicio muy profesional, rápido y muy atentos a todos a pesar de estar la barra completamente llena.
Pedimos una mini-tortilla, un entrante de jamón(Joselito)con pimientos de padrón y patatas fritas y para terminar un arroz a banda con gambas rojas y calamares que es uno de los mejores que he probado.
Volveremos próximamente para probar otros platos de la extensa carta del Piripi. Recomendamos a todo aquel que no lo haya probado que se pase por él.
El precio acorde a la calidad de los productos, 53€ para dos personas.

Cocina tradicional alicantina vertebrada por los arroces. Degusté el de atún y gambas, muy bueno. Originales y sabrosos los "pajaritos de la huerta".
Abajo, en la barra (formidable) gran surtidos de "salados".
Carta de vinos sin grandes pretensiones, cristalería mediocre.
Local aceptable.
RCP: caro.

Excelente barra, con especial mimo por el producto. Bulliciosa y animada clientela, a pesar de lo cual en hora punta se atiende correctamente gracias a la profesionalidad de los camareros. No hay gritos de más, lo cual es de agradecer. Tomamos un buenísimo jamón Joselito, huevos rotos con jamón, calamares a la romana y montaditos variados.
la noche anterior, en la barra (exacta, clavada) de Nou Manolín disfrutamos de los soldaditos de mar y los pajaritos de la huerta (con un buen rebozado), callos con patas, mini tortilla española (el único fallo de la noche, un poco quemada en la base) y estupendas mollejas con ajos tiernos. Las mismas virtudes: acusada profesionalidad y competencia de los camareros, jaleo sin exceso y buen producto tratado con esmero. Lo peor, tal vez, las copas para vino que nos ofrecieron, deficientes.
Es recomendable pasarse por la cocktelería nada más salir a mano izquierda de Nou Manolín para tomar un buen gin-tonic.

Restaurante de los dueños de ’Nou Manolin’ con una cocina centrada en platos tradicionales, sobre todo en los arroces y con una barra espectacular, una de las mejores de España.
El local es bullicioso pero se consigue una cierta intimidad.
Las entradas tienen un gran nivel y los arroces son sencillamente explendidos (espectacular el de bogavante), de hecho, han creado tanta fama, que cada vez es más normal pedirlos por la noche.
Postres a la altura con un muy recomendalble mousse de turrón a la piedra.
Aceptable carta de vinos y servicio deficiente, aunque lo que menos nos gusto fue la actitud poco profesional de algún camarero que se quedaba mirando fijamente nuestra mesa en una actitud clarísima de que nos largasemos, cuando eramos los ultimos en el restaurante. Ellos tendrían que madrugar al dia siguiente, pero yo no
Muy recomendable la opcion de comer en la barra ,con un trato más amigable.