Hamburguesa de cebón

El local está en el extremo opuesto de la elegancia, la decoración es ecléctica (a base de matrículas americanas, pañuelos y fotografías de iconos estadounidenses), es necesario esperar habitualmente un buen rato aunque se haya reservado, el trato de los encargados no es precisamente atento, pero su hamburguesa de cebón merece la pena.

Carne sabrosa servida con su famosa salsa barbacoa, que hace que sean innecesarios el Ketchup y la mostaza. Además suelen servir la carne al punto que se solicita, algo no tan habitual en la mayoría de las hamburgueserías.

Una pena: las patatas fritas que acompañan la hamburguesa son congeladas, aunque se pueden sustituir por patata asada (con suplemento).

Como entrantes se pueden pedir costillas de cerdo con salsa barbacoa o alitas de pollo, que cumplen dignamente. Los postres, -hipercalóricos-, no tienen mucho interés.

Los camareros -siempre ajetreados, y no paran un solo momento-, aunque no son muy simpáticos en general, tampoco son maleducados y no suelen cometer errores importantes.

Una ración de costillas de cerdo con salsa barbacoa (9,60), 2 Super Alfredo´s Burger con bacon y queso, servidas con patatas fritas y ensalada de col (8,50 c/u), con 3 cocacolas: 34 euros.