Son varios años a los que he acudido a este restaurante, y en todos salgo muy satisfecho.

Cocina con influencia marroquí y mediterranea.

Su cocina tiene grandes platos, como el Hojaldre relleno, una variacion de la Pastela marroqui, que aqui se sirve en hojaldre.

Pan artesano relleno de un "pochado" de berenjenas, tomate y anchoas. Exquisito.

Falafel, estupendo, con un toque "casero" que hace que nos recuerde a nuestro relleno del cocido pero con un toque moruno.

Cous-cous estupendos.
Incluso podemos disfrutar de unas Amanitas magnificas en cualquier epoca del año.

Algo escondido en una callejuela tipica al final del pueblo.
Servicio amable y una oferta de vinos muy interesantes.

Restaurande tranquilo y muy agradable, ya que el trato es familiar. Muy buena cocina mediterránea en la que destacan algunas especialidades marroquís. Al ser este tipo de comidas especiadas, y algunos platos un poco picantes, no es la ideal para los "ejercicios" de maridaje. Aún así, la carta de vinos es pequeña pero variada, incluyendo, además de las clásicas, otras D.O y vinos de autor. Yo probé el Semele crianza 2003 de Ribera del Duero... muy bueno, por cierto!!
Ah!... que no se os olvide probar el arroz con leche casero, elaborado con leche de cabra... exquisito!!