Los comentarios anteriormente expuestos sirven para el dia de hoy. Lugar lúgubre, comida regular, regular, servicio con cierta prepotencia. En fin para olvidar.

Un restaurante con solera, propiedad de unos de los hermanos de la nissaga de los Ribó (os suena a algo político, verdad?). El local está pasado de moda. Muy oscuro, sucio...Nos vimos rodeados de clientes franceses...tiene un toque a francés...oscuro, lámparas en las mesas... Le hace falta un lavado de cara urgente. El servicio fue correcto, así como la comida...pero no sorprende y el local echa para atrás...
No me gustó y no lo recomiendo...

Fuímos, como siempre animados por los comentarios de nuestras queridas guías gastronómicas, con ilusión y esperanza. Al ser 2 nos pasó lo de siempre: Nos relegaron a un rinconcito oscuro en una mini mesa redonda con taburetes (literalmente)para ordeñar en vez de sillas. Será por eso que le llaman la vaquería? Pedimos unos entrantes flojos y una solomillo pequeño. Al hechar un vistazo a la carta de vinos nos animó ver que tenían referencias Australianas, Chilenas, Californianas......... Nos interesamos por una de esas referencias y nos dijero que el jefe las tenía allí para él. Volvieron y nos dijeron que no les quedaban. Así que escoginos otra. Más de lo mismo. La cuarta botella ya la escogimos nacional y Rioja clásico.
No tomamos postres para salir corriendo de ese local.
El precio carísimo teniendo en cuenta que cenamnos en la mesa de Papa Pitufo y que fuimos atendidos fatal.
De eso hace tiempo. Si alguien se anima para poner al día la crítica que nos comunique los resultados.