Muy bien

La entrada al local es agradable, antes de sentarte ves la cocina ( de refilón pero la ves) y somos atendidos por Lourdes a la que solicitamos mesa, ya que no teníamos reserva, pero sin problemas nos hacen un hueco, como de costumbre me dejo las gafas en el coche y toca salir a buscarlas, que la jefa no está dispuesta a leer toda la carta de vinos… al entrar me encuentro con Txomin abriendo un Marqués de Murrieta 1970, un breve saludo y a la mesa.
Después de una larga y tortuosa consulta de la carta de vinos ( para mi mujer) me decido por un Prado Enea gran reserva 1969 ( 60€) con la que acompañamos un carpaccio de Carabineros para compartir extraordinario, la jefa pidió bacalao a la parrilla y yo ciervo, muy buenos los dos, los postres también a gran altura un pastel de chocolate y canutillos de crema.
Inciso, un compañero de foro ( un jovenzuelo ,-) ) comenta en su valoración el desconocimiento de su bodega por parte del público, yo no lo veo tan mal, 2 riojas clásicos en la sala, un matrimonio de Bilbo haciendo maridaje con 2 espumosos diferentes, varias botellas de rioja más modernas pero de una buena calidad, a este compañero le habría dado algo si viene con nosotros al Atrio y ve a la mayor parte de la gente tomado Belondrade y Lurton , Hablas y verdejos variados….
Terminada la comida bajamos a la bodega, sitio en el que me quedaría una larga temporada.. y un rato de conversación con Txomin al salir, hablando de vino una maravilla

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