En cuatro palabras: EXQUISITEZ, ATENCIÓN, ACONDICIONAMIENTO y ENTORNO. Un festival de sabores con una elegancia detallista en todos sus ricones. El menú se indica en el comentario anterior.
Como todo aquí es una percepción personal, pero el servicio no te pareció que no era nada cercano, cada movimiento frenado por miedo, incluso el ambiente en la sala era frio de pelotas, lo cual no favorecía al disfrute total de la comida?
En conversaciones con cocineros que estuvieron con él, parece ser que Berasategui se las gasta de aupa e impone un regimen dictatorial, lo mismo por eso parece que están cagados los pobres. Notarán el aliento de Martín o de Oneka en el cogote los sufridos camareros?
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