Hacía mucho tiempo que no iba a este lugar. Nada ha cambiado desde la ultima visita.
Mesas razonablemente amplias con buena separacion entre ellas ,bien vestidas con servilletas de papel. Cuberteria y vajilla mas flojas que la manteleria y la cristaleria .
Tomamos menu del dia , el cual tenia como entrantes :
Ajoarriero
Cebollas horneadas
Plato de ibericos
Esgarrat
En salada
Anchoa con queso blanco

De segundo tome secreto iberico correcto con guarnición floja
No tomamos postres .
Pan tostado con aceite y pimenton. Buen cafe
No puedo hablar del servicio del vino porque no tomamos vino. Servicio de sala extremadamente amable , muy voluntarioso y educado . Es precisamente esto lo que sube el apartado del entorno.

Local sin pretensiones , saben lo que quieren hacer (a precios moderados intuyo, ya que no pague yo) y no se intorducen en otros menesteres. Quien busque una experiencia gastronomica no es éste su lugar. Pero no por eso hay que denostarlo. En conjunto , gracias en gran parte al esmerado servicio , sales satisfecho

Restaurante familiar donde destaca la excelente relación calidad/precio. Se come muy bien y a precios sensatos, lo que hoy en día se agradece. Tienen varias modalidades de menús cerrados y también se come a la carta. Servicio excelente. Bodega corta pero interesante.

Interesantísima opción para disfrutar de una buena comida en Valencia (al lado del Puente de Aragón) a un precio muy interesante, en la que pudimos disfrutar de una carta de vinos corta, pero con un servicio cuidado y referencias interesantes a buen precio, y una excelente sobremesa, con unos GTs muy bien preparados.

Tienen un menú cerrado con entradas que prepara la casa para 4 y un plato principal a elegir (134 € / 4 personas).

ENTRADAS
*Ajoarriero
*Anchoas (4) con queso
*Bonito con pimientos
*Esgarraet
*Plato de ibéricos (normalitos)
*Clochinas (hay que aprovechar cuando es temporada)

PLATOS PRINCIPALES
2 Confit de pato (muy bueno y crujiente)
1 Entrecotte
1 solomillo de avestruz (muy tierno y sabroso)

No quisimos postre, pero nos ofrecieron unas trufas (4)

Cafés, cervezas para comenzar

Vinos tomamos, Emilio Moro 2007 crianza (21 €) y Pitacum 2008 (18 €) una excelente mencia del Bierzo, muy afrutado y floral.

4 GTs de Martin Miller’s con Schweppes.

Servicio muy correcto y agradable. Entramos tarde a comer (pasadas las 3) y nos fuimos cerca de las 6, dejandonos muy tranquilos a nuestro aire (al final ya solo quedabamos nosotros), pero muy bien atendidos.

Poco que añadir sobre este restaurante, que lleva funcionando ya muchos años.Buena calidad de los productos,destacando,el foie,el jamón y el entrecot final.El menú se compone además de varios platos más como la ensalada de tomate y atún(rica),las cebollitas rellenas,anchoas...
También se puede pedir a la carta.
Buena bodega,y correcto trato al vino.
Excelente RCP,así como el de Vicente y su hijo con su clientela.

Cena de tres, aunque estaba prevista para cuatro, pero a última hora cae una compañera... No nos ponen mala cara al decírselo. El local es de aires clásicos, con parquet de madera, y está lleno cuando llegamos, a las 22.30. Todas las mesas son de grupos, lógico por el día que es, y el ambiente, sobre todo el sonoro, está cargado.
Nos preguntan si es la primera vez que acudimos y nos sugieren elegir entre dos menús; uno sólo a base de entrantes con el vino de la casa incluido y otro con menos cantidad de entrantes y un segundo plato de libre elección. Nos decantamos por este segundo y pedimos tres carnes: solomillo de avestruz, de canguro y de buey. Para beber tienen en promoción, como vino del mes, el Venta del Puerto 12, un excelente vino valenciano de la cooperativa La Viña de La Font de la Figuera. Como nos lo ofrecen a precio de derribo (15€) nos lo quedamos (íbamos a pedir ese de todos modos, jejeje). La carta de vinos es correcta; con bastantes referencias valencianas (Alcusses, Maduresa, Nodus, Terrerazo...) y algunas de Ribera y Rioja (Roda, Mauro...). El servicio del vino en nuestro caso se limitó a refrescar un poco la botella (bordelesa, por cierto, pesa un quintal), y darle cinco minutos de respiro. Imagino que el personal estaba un poco desbordado.
Los entrantes consisten en platos al centro de la mesa: un ajoarriero que más parece la masa de las croquetas caseras de bacalao (pero sin piñones) muy bueno de sabor, esgarraet (muy bueno también), anchoas camufladas en varios ingredientes y una vinagreta que tapaba su sabor, una tabla de embutidos y queso no muy allá, una ensalada y unos deliciosos champiñones con nata. Las carnes las sirven como las hemos pedido: el buey al punto (buena carne, mantecosa), el canguro también al punto (excelente de sabor) y la avestruz hecha (lástima porque así pierde algo de sabor, pero aún así se aprecia que es una carne muy rica, parecida a la ternera).
Nos traen un surtido de postres (trufas, profiteroles con chocolate fundido y tocino de cielo), y un par de cafés.
Este menú, que no incluye ni el vino ni los cafés, sale a 20€.
Cuando pagamos y nos disponemos a irnos uno de los camareros nos pide disculpas por el ruido del local, pero hemos cenado muy bien y así se lo decimos. Me sorprende los pocos comentarios en este foro. Yo, sin duda, volveré.

Los entrantes habituales, bien (ajoarriero, montaditos de queso fresco y anchoa, embutido y jamón, etc...). De segundo, yo me decidí por un arroz meloso de pulpo y verduras, servido en caldero de barro (ración más que suficiente, bien el punto del arroz y sabor contundente), y eso que tenían algunos platos que me llaman mucho la atención, como la carrillera o el rabo de toro.
De vinos nos sacaron un cabernet de La Font de la Figuera, perdonad pero no recuerdo el nombre. Las copas cumplen, aunque en el servicio del vino no hay florituras. La carta de vinos no la vi en esta ocasión, pero creo que no ha cambiado, por lo que siguen disponiendo de bastantes referencias.
Terminamos con un buen variado de helado y dulces. Tomamos un gin-tonic preparado. En esta ocasión probamos una ginebra que todavía no conocíamos que por lo que me dijeron es de la misma casa de Citadelle. Disponen de bastantes marcas y eso es un plus.
En definitiva, un buen sitio para comer. No pongo precio porque fui invitado.

Decidimos salir a cenar el viernes 12 (viernes de cenas de navidad) y nos atendieron con una amabilidad de las que no se ven últimamente en Valencia. Decidimos probar el menú degustación, que no decepcionó. Buenas materias primas, preparación sencilla, pero que no desmerecen el producto, temperaturas correctas y solomillo en su punto. Pedimos un vino de Utiel Requena, Corolilla crianza, bueno, aunque por supuesto mejoró al decantarlo y según iba avanzando la cena. La temperatura del vino buena pero las copas flojas.

Un sitio desenfadado para cenar en pareja o con amigos, lástima del ruido por la cenas masivas.

Volveremos a probar otras cosas de la carta.

Comida de trabajo(18 personas) que duró más de 3h,y que gustó,y mucho,a todos los comensales.Trabajan con un menú largo,8/9 entrantes-destacando el foie,el jamón,el calamar,etc-y atún fresco y buey para rematar,ambos de muy buen sabor y texturas.No se trata de una cocina de"autor",pero el producto que manejan,bien pasado por la plancha,es más que correcto,muy bueno.Servicio atento,amable y profesional,dando un muy buen trato a los caldos;pero si destaca por algo este bonito local es por su magnífica RCP.

Casi habitual. Para su segmento correcto, amables y con ganas.
Falta variedad
Muy buena RCP
Puedes encontrar algo interesante

He ido en unas cuantas ocasiones y la verdad es que nunca me ha defrauadado. No es un sitio para esperar grandes alardes culinarios, pero en general cumple muy bien lo que ofrece.Quizas lo mas destacacble sean los arroces que preparan en el menu del dia. La carta de vinos va acorde con la comida. Tiene una muy buena RPC 30€ por persona.