Supongo que me llamaréis hereje, pero tras visitar en días consecutivos

Supongo que me llamaréis hereje, pero tras visitar en días consecutivos Arzak y Akelarre (y haber ya visitado Sant Pau y Can Roca en otras ocasiones), me pareció en esta primera visita que Arzak no merece las tres estrellas Michelin en ninguno de los aspectos. Es mi opinión personal, pero la cocina me pareció poco sorprendente, ningún plato del menú degustación que te ponga la piel de gallina en el sentido positivo (como sí ocurre en los restaurantes anteriormente citados), mucha microensalada y consomé satélites al plato, pero la sensación que me quedó al final fue de vacío total (y no me refiero de estómago). Servicio apresurado e insuficiente, raciones escasas, local muy ruidoso y espacio excesivamente aprovechado, el lavabo de hombres un minizulo…Prácticamente todos los snacks servidos a la vez, no puedes asimilar nada. Lo mismo con los postres, todo el surtido (incluyendo helados) servidos de golpe, fue realmente una experiencia estresante. Surtido de panes pobre (normal e integral, y punto). El trato al vino mediocre: un solo tipo de copa para todo, pidas lo que pidas, incluida el agua; además, después de pedir un vino blanco de 44 € + IVA (más de tres veces el precio de tienda), nos colaron dos copas de tinto (7 € + IVA por copita), como no, de un Rioja marca Arzak. En resumen, experiencia muy decepcionante. Si tenéis que escoger, sin duda id a Akelarre.
Addenda:
Como lo justo es escribir tanto las cosas malas como las buenas, ahí va. Después de haber dado mi opinión en Verema (de la que no me arrepiento) no sabéis lo que se siente cuando el propio Arzak te llama al móvil preocupadísimo por no haber quedado contento con la visita a su restaurante, de una manera tan modesta y con la intención de pulir detalles que pueden no haber gustado a un cliente, como fue mi caso. Para mí es un honor que una persona como él (considerado como uno de los 10 mejores cocineros del mundo) pueda llegar a preocuparse por lo que opine alguien como yo. Señor Arzak, me quito el sombrero ante usted y cuando vuelva a visitarle me gustaría tener que comerme mis palabras del otro día. Un abrazo.