Tremenda decepción

Buenas,
Soy consciente de que por ahora soy el único que presenta una nota discordante en el conjunto de críticas, y por eso tengo la sensación de que no pareceré "fiable". Aún a riesgo, y puesto que creo que es necesario, os dejo mi crítica.
Estuvimos ayer por la noche mi mujer y yo cenando. Y comenzaré con la conclusión para ir luego perfilándola: es un quiero y no puedo.
Me produce desolación ver cómo ahora abunda una profusión de sitios en los que tratan de cuidar más la imagen y la parafernalia que rodea una cena que lo primordial: buena materia prima y tratada con exquisitez y buenos resultados. La Salita es un buen exponente.
El restaurante esta "mono" montado, con ciertos matices de buen gusto. Pero aquí ya aparece el primer fallo: la cocina está bien que esté a la vista, pero al no estar aislada, nada más entrar percibes que todo el restaurante (y tu cuando te vayas) huele a todos los refritos y platos, osea aceite en el ambiente.
La velada comenzó con una atención que prometía, aunque a la postre resultó decepcionante porque hasta en 3 ocasiones tuve que levantar la mano para que me atendiesen y solicitar nuevas bebidas. Increíble situación teniendo en cuenta que los camareros van no menos de 10 veces a la mesa a servir y retirar platos (el surtido de vajilla hace pensar que el precio está más encaminado a amortizar el coste de la misma que a pagar lo que comes)
Vamos con lo "serio": la comida.
La intención es encomiable al intentar realizar un menu degustación por un precio contenido. El problema es que la mezcla de sabores, texturas, temperaturas y puntos de cocina es de lo más desacertado que recuerdo.
- Steak tartare: lo único que se salva de la cena y simplemente porque su elaboración es basante simplista. Tampoco para tirar cohetes pero correcto.
-Falso capuccino: combinación de sabores desacertadísima. Sardina cocinada con anterioridad y bastante tiesa en un chip de patata correoso. El sabor de la sopa de tomate demasiado potenciado por parmesano con puntos de sabor de queso rancio.
-Deconstrucción de ali-pebre: sabor teórico cercano al plato original, pero amalgama de texturas nada acertadas. Bloque de arroz auténticamente plastoso y trocito de anguila no cocinada y comprada ahumada sin más .
-Terrina de conejo y foie: si no te dicen que es conejo podrías pensar que es cualquier tipo de carne deshilada. Textura en paladar demasiad plastosa y escasísimos matices de foie (más bien foie-gras) en boca. Del Pedro Ximenez ni rastro. El resto de abalorios del plato no sabían a nada de aquello que explicaba el camarero afablemente en la introducción. Primer quiero y no puedo apabullante.
Sirva como nota decir que esta receta se puede degustar en la zona de Valladolid con un acierto excepcional, a base de liebre procedente de caza en lugar de conejo.
-Gambón: segundo planto que se salva por los pelos y de nuevo por su simpleza, ya que la base es un gambón a la plancha (claramente preparado con anterioridad y por tanto pelín gomoso) y el resto no aporta ningún matiz: más espumas, cremas, etc, osea la norma de la casa.
-Huevo cocinado a baja temperatura con revuelto de morcilla y algo más cuyo nombre no quiero ni recordar. Este plato es sin más bochornoso. Es una mezcla de líquido con pretensiones de mozzarela, un huevo tipo escalfado oculto bajo el líquido, una cucharada sopera de relleno de morcilla de bajísima calidad precocinada y achicharrada y el típico palito biscote italiano (disculpad pero no recuerdo cómo se denominan) y todo menos que templado que hace que comerlo sea una tarea de educación más que de satisfacción. Lo peor de la noche con muuuucha diferencia.
-Postres: lo primero es que reconozco es que no soy de dulce, pero me gusta mucho probar un poco de los postres y elaboraciones caseras. Aquí te traen una bandeja con 3 postres: una copita de praliné con un cucuruchito, un coulant de chocolate y el tercero una mezcla de helado casero un tarde de zanahoria y coco. El coulante empata en cabeza con el tartare como lo único salvable de la cena (aunque de nuevo sin ser mejor que el que comerías en un Vips), y el helado casero es simplemente correcto. El resto de nuevo un fallo de texturas y sabores nada agraciado.
Como mi mujer ahora no debe tomar alcohol, pregunté por vino por copas. Sugerido por Jorne, al que he de reconocer que su pronunciación no le ayuda, me trajo un Ribera de Duero jóven. Sorpresa! pertenece a una bodega de un amigo nuestro, y aún así.....no es un vino para restaurante. A pesar de ser de un amigo (y a él se lo he dicho), la calidad es mediocre con tintes de acidez avinagrados en el final del paladar al tragar. Sólo me salvó los dos dry martini que me prepararon aceptablemente en coctelera.

Lo más gracisoso es que pregunté al final si había copita/chupito de la casa, y el cuñado de Jorne me dice que al ser el dueño holandés, que eso es "una utopía porque son unos gitanos, que piensan ¿acaso el comensal me regala algo? pues yo tampoco". De risa. Así que vista la cena y este comentario, la propina ascendió a 0€ lógicamente.

Respecto a la RPC, huelga decir que los 96€ que nos costó la cena. Yo soy de los que piensa que si algo merece la pena no me duele pagarlo (he estado en muchos restaurantes de 100€ o 150€ por cabeza marchándome muy satisfecho a pesar de la minuta), pero lo malo, es infinítamente caro aunque cueste 5€.

Mi recomendación es clara: no vayáis a menos que alguien os invite y en ese caso id cenados.

  1. #21

    aranzazu_envero

    Yo creo firmemente, que le has hecho un favor enorme a la gente de La Salita. Si yo viera TODOS los comentarios excelentes (como tienen hasta la fecha), dudaría bastante más, que si viera alguno como el tuyo (quitando que me toca las bowlings que digas "os recomiendo que no vayáis", esto me parece de tu parte una burrada como un piano de cola, pero eso es MI parecer)
    Yo , si fuera de Bego, te daría las gracias. :)

  2. #22

    Dumper

    Entonces, me alegraré por Begoña pero no por los forereos que hayan ido esperando encontrar un restaurante memorable.
    Me resulta muy curioso ver cómo la gente acepta de buen agrado y es agradecida por comentarios del tipo "es excelente", "no debes dejar de probarlo", "recomendado", etc. y en cambio hay que ver la cantidad de personas a las que os escama que se usen adjetivos negativos tipo "correoso", "plastoso", "achicharrado" o "no vayas si puedes".
    Y digo que me resulta curioso que no extraño, porque como es sabido, la española no es una sociedad acostumbrada a la palabra "no".

    Chicos, no es por nada, pero creo que este hilo no da para más comentarios. Es público y notorio que hay defensores (la mayoría) y detractores (somos los menos) de este lugar. Listo. A los que os gusta, seguid disfrutándolo y laureándolo y a los que no nos gusta, permitidnos que lo critiquemos y no volvamos. Y así, todos felices.

Premios Verema

  • premio_verema
    Nominado a mejor Mejor tratamiento del vino
    2016

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