Sanabrés

Local de esos que podrías pasar de largo, en una zona dónde lo que abundan son whiskerias donde la especialidad no son los whiskies. Además, con el derribo de la Colonia Castells uno tiene una falsa sensación de extrarradio. En definitiva un sitio de esos en los que o entras de casualidad o te llevan. A mi me llevaron.

Planta baja con bar y una colección de botellas que le suben a uno el ánimo. Comedor sencillo en el piso superior con una frikicolección de camiones de cocacola de juguete y de cochecitos guisval. Mesas sencillas y sillas de madera incómodas para sobremesear demasiado. Coperio, vajilla y esas cosas discreto. Servicio atento y amable.

Haciendo caso al guía sherpa, bebimos un San Román 1999 a 32 euros. Ante esta sugerencia le seguí haciendo caso en lo de comer. Comimos compartidamente entre tres unas sardinas ahumadas (bien) una tortilla de calçots (para mi gusto un pelín seca), unos huevos a la plancha con chistorra (bien) y una butifarra de cerdo ibérico a la plancha (bien), mal las patatas eran macpatatas. Tras este homenaje al colesterol, seguimos con 1 solomillo y medio de Normandía (bien, jugoso, bien hecho) acompañado de macpatatas (grrrr) y un entrecot de Normandía (no probré pero buena pinta) acompañado de las mismas patatas horribles.

Muy buena carta de vinos no por verla, que no la vi, pero si por los vinos que vi en el local.

El servicio del vino consistió en decantarlo y servirlo en unas copas algo mejores que las que había en la mesa.

De postre tomamos mel i mató (psé)

Cafés y una botella de agua

A pesar de las sillas y de las patatas, para repetir

El precio por persona es con vino