Este restaurante me encanta siempre tiene muy buen ambiente, y la comida de calidad, ya sea en el restaurante o en la barra de tapas, ummmmm sólo de recordarlo se me hace la boca agua, coincidí con la semana del atún y tomé un carpaccio espectacular, como siempre valor seguro la tapa de manitas, el pulpo, las croquetas, buen en general todo de diez se nota el buen hacer del dueño siempre amable con el público. En resumen para volver y disfrutar.

Ya no vivo en Valladolid, pero siempre que voy ceno en La Garrocha. Cocinan que es una maravilla, siempre buenas materias primas y muchisimo mimo en la cocina. Normalmente te atiende Chisco, el propietario y se asegura de que tu experiencia sea extraordinaria.

Restaurante enclavado en el centro de la ciudad. Pequeñito pero con una cocina francamente agradable. Productos habituales , sin grandes alardes. Pero con alguna sorpresa de cocina de autor y de cocina de la "abuela", como se presume con su "rabo de toro".
El trato es muy bueno. La carta es un poco corta pero correcta.
Tienen bar de "tapas" que en originalidad y frescura supera en muchas ocasiones al restaurante.

Sitio acogedor y de trato muy cercano. La comida muy buena, cocina elaborada pero que parece de toda la vida. Vinos escogidos a buen precio, aunque en el precio final se pasan un poco. Si refinaran un poco más el servicio, vajilla, mobiliario y arreglaran un poco el local, podrian aspirar a mucho.
Buen local para ir con amigos, aunque un poco flojo (no la comida) para cuestiones de trabajo y eventos.

Principalmente se sirve comida mediterranea de temporada. Especialidad el rabo de toro al estilo andaluz. Los pescados también excelentes. Chisco, uno de los 2 socios ya estuvo de cocinero en el restaurante de Trueba: Calle 54 (entre otros).
Su carta de vinos es corta pero basada en una muy buena selección.
Trato insuperable y ambiente acojedor.