Céntrico y bonito bar-restaurante donde el vino es protagonista. Parte de la cocina se encuentra en la misma sala y puedes ver como elaboran los platos. La calidad de los productos es excelente. La atmósfera que se respira (tanto el servicio como los clientes) es muy agradable. Buena música. He ido dos veces y seguro que repetiré.

El nombre ya sugiere lo que vas a encontarte, no es un rest. al uso, sino un BAR con mayusculas, que además tiene una cocina de pequeñas raciones excelente. Platos como el secreto Iberico, o costillas ce conejo o huevos fritos con Foie o... dificil elegir entre suculetas y deliciosas propuestas.
El entorno es muy acogedor ( creo que algo bullicioso los domingos), con mesas compatidas y puequeñas barras donde comer.
Las paredes del local están repletas de vino, bien clasificados y indicando el precio, pudiendo escoger el que quieras, bien a botella entera o bien a copas, además de los que ya tienen abiertos. Te lo ponen a temperatura en plis y a disfrutar.
El servicio es muy atento y te asegura un rato agradable.
El servicio del vino es correctisimo y las copas excelentes ( no recuerdo si Riedel).
Disfutaras de un entorno informal y agradable donde el comer se convierte en compartir experiencias con los compañeros de mesa.
Por cierto, tienen un piano, que puedes tocar si aseguras saber hacerlo, y creo que tienen alguna atención si demuestras tu destreza.