A mejorar el ambiente sonoro, las mesas donde menos molesta son las

A mejorar el ambiente sonoro, las mesas donde menos molesta son las centrales.
El servicio es rápido. Entrando en materia: el pan a probar es la "chapata" con tomate, de correcto tostado y preparada sin que el tomate llegue a reblandecer el pan.
En el apartado de entrantes recomiendo un pica-pica: chipirones, pulpitos en su tinta (cuando los hay), navajas, almejas de Carril, mejillones al vapor (esa pimienta negra!), pulpo a la gallega (a la altura también los cachelos y la cebollita), en su punto de fritura o de cocción. Cantidades correctas.
Ya en los segundos a parte de los arroces (aprovechad cuando tengan bogavante azul!), dejaros recomendar por las sugerencias de los pescados salvajes (los precios están marcados en la carta y son muy correctos): tanto la lubina a la Donostiarra, el rape a la marinera, las piezas enteras de Doradas a Sal, conjugan el sabor de la selecta materia prima y la delicada elaboración de los mismos. Los postres a mejorar, aunque a recomendar en este punto los de elaboración propia: un tiramisú "diferente" sació mi apetito.
En el apartado de vinos: abundantes referencias nacionales y alguna (muy pocas) foráneas, tanto en blancos como en tintos, a precios entre x1,8 y x2,2. Las copas son justitas. La temperatura de los vinos es correcta aunque en los blancos es indicado prescindir de las cubiteras. Justas pero quizás suficientes referencias de vinos de postres. Volveré.
*Atrás quedo el "negro bache" de hace 2 años