Buena relación calidad/precio. Cambian la carta todos los días. Comí un carpaccio de salmón y rape (excelente) con unos rollitos de susy de lagostinos (regular). Mi acompañante un plato vegetariano con un montón de ingredientes, calabacín, espumas de queso, tomate... original y muy sabroso. Yo comí una colita de rape con un risoto negro muy muy bueno (se me olvido pedirlo poco hecho y salió un poco pasado de punto). De postre una tarta dos chocolates con cerezas confitadas con helado de pistacho (bien) y postre de mango y frambuesa (como gelatinoso) muy muy bueno. Cava, agua, cafés 60 € aprox... La carta de vinos mejorable. Un servicio no muy profesional pero muy agradable y efectivo. Volveré sin duda.

Recogido restaurante con decoración de notable gusto (a destacar la parte posterior del mismo, con un bonito piano de pared) que hace más llevadera la evidente falta de espacio (los locales de la Barceloneta no dan para más). Por lo que parece, están acostumbrados a moverse en espacios reducidos, ya que según nos comentó Andrés, su propietario, parte del equipo había trabajado en embarcaciones privadas.
Cortita pero remarcable carta de vinos con referencias del país. Buenas copas (si se piden), decantadores al uso y trato correcto (del vino y del cliente). Raciones suficientes y cocina de mercado, con muy buena materia prima y combinaciones acertadas de ingredientes. Lo que más nos sorprendió fueron los postres, no dudéis en pedir "Las cuatro estaciones", para chuparse los dedos. 40 y pico euros las dos personas, compartiendo primero y postre, Coto de Hayas tempranillo-cabernet incluído.