Es pequeño, pero nos hacemos cargo de dónde estamos... las preturas se soportan en pro de unos precios razonables, si te van a clavar al nivel que la taberna lo hace, se exige un servicio de más calidad y un LOCAL restaurante, que no una taberna, que por muy chic que la hayan decorado, son banquetas sin mantel.
Lo peor desde mi punto de vista es que la materia prima que vi, no era de mercado, nada fresca: embutidos, huevos, ensaladas.... carne sí, pero escasísima, cruda y con una triste guarnición de patatas Mc Caín. Hay muchos lugares donde tomar estos productos a mejor precio y misma calidad, sin pagar 60 euros por comensal.
Conclusión: pagas la localización, pero no esperes más que decepción.

Local pequeño, reducido. Realación calidad precio desorbitada. Incómodo para los comensales.

Local pequeñísimo, con las mesas muy juntas, un servicio discreto, una carta de vinos flojas, una materia prima nada más que correcta y unos precios desorbitados. Huir.

Discrepo con los comentarios anteriores. Tomamos un jamón y unas croquetas excelentes, ni que decir el trato. Las patatas con huevo y jamón deliciosas. Y eso en El Carmen es de agradecer... El trato esquisito.

Lugar irrepetible, es decir, para no repetir la visita nunca. El ambiente de ruido como un mercado, las mesas enanas, las raciones escasas... Todo lo comentado es poco. Si quieres tener la sensación de la autentica clavada o para recomendar a tu peor enemigo. Taberna de Marisa NUNCA MAIS.

Decepcionante. Tardaron 3/4 de hora en traer el primer plato desde que nos sentamos.La maitre...intenta ser amable y simpática pero antinatural.Angustiosa cena en una mesa enana. Raciones pequeñas y caras aunque la materia prima es buena. Pedimos 1/2 racion de queso con tres clases diferentes y cuatro trocitos de cada...13 Euros, ensalada de pato "mini", lo que creiamos que iban a ser unos huevos con jamon y patatas tipo revuelto bien resuelto, fue un plato tipo"telopuedeshacertumismoencasa", unos montaditos pasables, el vino...un Pago de Carraovejas a 32 Euros servido a temperatura correcta`pero en cristalería de vidrio y pequeña. Mesas sin mantel y servilletas de papel.50 Euros por persona. Una nefasta RCP. No volveré.

Local abarrotado, lleno hasta los topes y con unas mesas estrechisimas, que parecían puestas a proposito para poner a prueba la habilidad de los camareros para colocar los platos, y con manteles y servilletas de papel. Por cierto, la mesa que nos montaron estaba ubicada en un hueco que impedía que los comensales de la pared pudieran salir, por lo que si alguien tenía que ir, por ejemplo, al servicio, lo más sencillo es que lo hicieran por debajo de la mesa.
La comida es a base de tapas de calidad y carnes a la brasa, pero poco que destacar, quizás el surtido de postres caseros.
El servicio fue rápido y atento, pero antipático en ciertos momentos.
Interesante carta de vinos, asesorada por Maximiliano Bao (nariz de oro 2005), en el que faltaban muchas referencias. Tomamos un Pago Carraovejas crianza 2001 y un Les Alcusses 2002, servidos a la temperatura adecuada.

Coincido plenamente con el primer comentario. Materia prima de calidad y correctamente servida. La cuenta una salvajada. Tres entrantes de medias raciones, carne, 1 postre compartido, cafés y Mestizaje por 92 euros. Además añadiré que el trato del personal no es de lo mas amable que uno se puede encontrar. Ah y por cierto las mesas extremadamente pequeñas, buenas para tapeo pero no para una cena de caso 50 euros por barba.
Creo que no volveré

Sábado por la noche. En el segundo turno de cenas. Local abarrotado, ruidoso y estrecho. Parece que de igual la comodidad del cliente, cuanta más gente quepa, mejor, y si tienen que hablar a gritos pues da igual. Decente coperío, no así mantelería y servilletas. Situado en el emplazamiento de "A fuego lento" de El Carmen. Supongo que habrá habido un cambio de propietario, pero las cartas, decoración y entrada siguen igual.La calidad de lo servido es correcto, simplemente. La factura de susto. Como ejemplos: medias raciones de bonito escabechado (ínfimas) a más de siete euros. Medias tablas de queso normalitas, normalitas, a 13(!)y revueltos (en realidad las típicas sartenes de huevos, jamón y patatas a lo pobre) también a 13 euros. En definitiva, con cuatro entrantes, sin carne o pescado, postres variados y un vino de lo más normal también, Prado Rey (dentro de una carta aceptable), 35 euros por barba. Carísimo para lo ofrecido. No se si seré yo sólo, pero lo de servir medianías a precio de oro está empezando a extenderse.