Local abarrotado, lleno hasta los topes y con unas mesas estrechisimas,

Local abarrotado, lleno hasta los topes y con unas mesas estrechisimas, que parecían puestas a proposito para poner a prueba la habilidad de los camareros para colocar los platos, y con manteles y servilletas de papel. Por cierto, la mesa que nos montaron estaba ubicada en un hueco que impedía que los comensales de la pared pudieran salir, por lo que si alguien tenía que ir, por ejemplo, al servicio, lo más sencillo es que lo hicieran por debajo de la mesa.
La comida es a base de tapas de calidad y carnes a la brasa, pero poco que destacar, quizás el surtido de postres caseros.
El servicio fue rápido y atento, pero antipático en ciertos momentos.
Interesante carta de vinos, asesorada por Maximiliano Bao (nariz de oro 2005), en el que faltaban muchas referencias. Tomamos un Pago Carraovejas crianza 2001 y un Les Alcusses 2002, servidos a la temperatura adecuada.

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