Es un local moderno centrado en la cocina mediterránea con un toque de minimalismo, los platos son más elaborados que en otros lugares por el mismo precio. Nosotros pedimos de primero una ensalada alameda cinco que está hecha a base de escarola, queso de cabra, una oblea de pan integral con salmón, tomate cherry y sésamo, muy buena. Además pedimos un salteado de cardos y pulpo, que llevaba además gambas y ajos tiernos, el pulpo quizá demasiado tierno, pero muy sabroso y perfecta combinación. Por último pedimos un revuelto de lacón y bacalao, que aunque a priori suena extraño, sabía muy bien. De postre una mousse de chocolate blanco muy buena.
Tenía bastantes vinos y el servicio es en una merecida copa, no en vasos como acostumbran en lugares similares. Ramón Bilbao, Protos, entre otros...
Se come genial, multitud de ensaladas ricas, de entrantes para compartir, de caldos caseros, los fideos buenísimos, los crujientes (el de queso el mejor) el solomillo sabroso, y los vinos muy correctos para la carta. En definitiva, muy buen sabor de boca. Y luego llebeig para recordar viejos tiempos.
Local de forma alargada y de decoración moderna.
La comida se basa en elaboraciones sencillas, pero realizadas con materia prima de calidad del tipo: ensaladas, tapas, revueltos, creps, crujientes, entrecot de buey trinchado y algunas elaboraciones más cuidadas: fideos fritos con foie, confit de pato, fundamentalmente enfocada al concepto de comida “para compartir”. La vajilla de porcelana blanca es moderna y la cubertería adecuada. El servicio es atento y dispuesto aunque no del todo profesional.
La carta de vinos corta, organizada por DO’s, o indicaciones geográficas, de corte clásico y comercial (riojitis-riberitis), con algunas buenas referencias, acompaña a la carta de la comida. Los vinos se conservan en armarios climatizadores. La cristalería, sin ser de marca constatable es de calidad y buenas formas. El servicio del vino es a temperatura adecuada, pero sin el más mínimo formalismo.
Recomendable para picar y compartir con amigos, con un precio aceptable, unos 30 euros por persona y especialmente bien ubicado para ver posteriormente el castillo de fuegos artificiales la “Nit del Foc”.
He comido un par de veces en este sitio, la primera me encantó,por eso repetí hace poco. Vino estupendo, aunque dentro de lo que tienen en este tipo de sitios, comida de buena calidad, no muy elaborada, pero bien hecha y bien presentada.Son cosas sencillas del tipo revueltos, ensaladas, salteados, crujientes y bocadillos, pero con un toque especial. También tienen entradas del tipo habitas con jamón y pavo (habitas baby) o sepia a la pancha. La ensalada de bacon, con piñones, queso de cabra y vinagreta me encantó. Te ofrecen platos fuera de carta que están muy bien si no quieres comer de bocadillo... confit de pato acompañado de arroz blanco y salsa de mandarina, muy bueno. Los postres lo mejor, una deliciosa tarta de chocolate, lo que más me gustó. El local es agradable, ambiente moderno, todo blanquito..Precio unos 20 €, La pega: el servicio. A parte de unn chico encantador que nos atendió estupendamente el resto parece que estén haciendo un esfuerzo sobrehumano por atenderte, transmiten que se aburren y es horrible. En especial una chica con acento nosé... nos retiraba los platos sin consultar, contestó con cara de asco cuando le pedimos otra botella de agua diciendo un SI que nos dejó cortadísimos, nosé un poco estúpida, hace desagradable el ambiente.
Por lo demás sitio muy bien para una comida con amiguetes en plan informal. Creo que volveré, auqnue espero q no me atienda esa chica!!
Es un restaurante que esta muy bien sobre todo la comida y los vinos y la atencion alos clientes es muy buena
Coqueto y minimalista restaurante enclavado en una privilegiada zona de la ciudad. Estupendas entradas (el pulpo con patatas en su punto y de exquisito sabor; cantidad justa de aceite en todos los platos sin provocar encharcamiento alguno;...) y diferencia de acierto en los platos principales (un arroz al horno demasiado duro y unos fideos con paté deliciosos). Correcta la carta de vinos. Rapidez en el servivio. variados postres, destacando la trata de chocolate y el mousse de chocolate blanco. Tienen menú de mediodía de un plato único y fijo. Dispone de terraza a la Alameda si el buen tiempo lo acompaña. Volveré para seguir investigando en la carta. Y la próxima vez incluiré los nombres exactos de los patos. Perdón.