Ubicado en el céntrico barrio sevillano de Santa Cruz. Dispone de varios locales (incluso hostal), situados unos frente a los otros y ofrece varias terrazas. Local de tremendo éxito, siempre que pasábamos por delante (nuestro hotel estaba muy cerca) estaba lleno a rebentar, de hecho la noche que decidimos cenar tuvimos que esperar en la barra un buen rato.
La oferta culinaria es variada y extensa y se organiza en entrantes fríos, calientes, mariscos, pescados, carnes y postres (la gran mayoría de corte industrial). Algunas de las elaboraciones es posible pedirlas por medias raciones. El servicio es profesional, pero el éxito del local resiente la rapidez del mismo.
La carta de vinos es amplia y variada, organizada por tipos y por D.O.’s, con un apartado especial para los blancos andaluces. El apartado de tintos se divide en Riojas, Ribera del Duero y un apartado para el Resto. Los vinos se guardan en armarios climatizadores, las copas son dispares conviven gruesas, con algunas adecuadas de cristal fino. El servicio del vino generalmente se circunscribe a la prueba, aunque en ocasiones el camarero rellena las copas.
Nuestra experiencia para cenar con coquinas, fritura variada, media ración de tortillitas de camarón y otra media de puntas de solomillo con salsa de whisky, regado con cerveza y manzanilla fina, por 50 euros los dos.