Sorprendidos quedamos pero en la vertiente negativa del asunto, en este

Sorprendidos quedamos pero en la vertiente negativa del asunto, en este reputado restaurante sevillano.Las tapas sin más,como en cualquier bar:croquetas de pringá,fideos a la Marinera(lo de a la Marinera es un decir,para eso me quedo en mi ciudad que tiene mar y no hago tonterias en Sevilla),papas aliñadas y berenjenas rellenas de gambas,platos que prometian y se quedaron en eso en simples promesas,cual politicos hablando.Como plato principal escogi acertadamente cordero asado a la miel relleno de piñones y pasas,delicioso,fue mi único acierto.El vino un Campillo, crianza correcto y servido a temperatura correcta si bien las copas no eran Riedel.Lo que nos resultó insultante fue el trato,nada más llegar al preguntar si se podia fumar, el camarero nos contestó que tabaco si,pero no otras sustancias, lo cuál me puede parecer divertido en un bareto, pero no cuando voy a un restaurante con supuesta solera.Nos metieron en una mesa arrinconada,y durante la comida el mismo Enrique Becerra hablaba a voces con un marchante de vinos cerca nuestro,almenos vimos que entendia del tema.Lo peor fue el engendro de camarero que servia el pan, y a pesar de tener las pinzas,Lo hacia con las manos!!!.Para rematar demostró un absoluo desconocimiento a la hora de aconsejar postres, si bien al pobre ya se le veia,pues Enrique lo abroncó delante la clientela.Para rematar,fallo garrafal al hacer las cuentas, afortunadamente a nuestro favor.En fin no nos volverá a pasar, esperamos olvidarlo pronto.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar