Nueva visita a este restaurante salmantino, y volvemos a salir satisfechos
Nueva visita a este restaurante salmantino, y volvemos a salir satisfechos, eso sí, en grado medio. Locales mejor que éste hay muchos, pero en la comarca en la que se encuentra es de lo más recomendable. Volvimos a pedir jamón, cortado a cuchillo, que estaba delicioso, y eso que la parte servida llevaba escasa cantidad de grasa (14,4 €). La terrina de pie de cerdo ibérico (12 €), muy rica, aunque no estaba bien montada. Las patatas "meneas" (5 €) son sublimes, de las mejores de Salamanca, ya que las bordan. El rabo de toro deshuesado llamaba a la gula (18 €), no así la caldereta de cabrito (17,9 €), que no nos convenció. Los postres, caseros todos ellos, son bastante aceptables. El servicio, como la vez anterior, algo frío. Las copas podrían mejorar, así como la carta de vinos, llena de anotaciones a lapiz y sin referencia de las añadas. Lo más interesante de ella son los vino locales, pues los demás son los de siempre: riojas y riberas clásicos. Carecen de cava de vinos, teniéndose las botellas en un botellero a temperatura ambiente. En resumen, buen restaurante, que no justifica el desplazamiento a la zona, pero que si estamos en ella es buena referencia.