Habia oido hablar de este restaurante hace muhcos años pero no lo habia visitado nunca.
Me sorprendió positivamente la calidad de la comida, la decoración y no tanto los precios ...
Decoración de café de los años 40 con azulejos en las paredes y mesas y sillas de madera de casino viejuno. Vajilla normalita, cristaleria de calidad y cubertería antidiluviana.
Espacio entre mesas adecuado. Sala para fumadores...que se comunica con la de no fumadores, pues la separación no llega al techo.
Servicio nacional, diligente y resabiado.
Carta de vinos completa. Respecto al comentario anterior, del 2006, la deben haber cambiado.
Tomamos cava Torelló Brut Nature a 22 €. Servido temperatura correcta y con cubitera de zinc.
El precio es sin la bebida.
Picamos "llanqueta" frita y "cargols de punxa" con una salsita. En su punto.
De plato fuerte, un estofado de toro ( de la parte del cuello) excelente y un solomillo de buey a la brasa, jugoso y tierno.
De postres, una coca de Llavaneras de crema. Muy buena.
Cena sin sobresaltos ni complicaciones.
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